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Representantes del Banco Central Europeo consideran que el impacto inicial del Brexit se confinará en su mayor parte en Gran Bretaña, a pesar de tanta incertidumbre sobre si la salida británica de la Unión Europea afectará a la economía mundial en el futuro.
Esa es al menos la conclusión que surge de la minuta de la reunión del 21 de julio del Banco Central Europeo difundida este jueves. El BCE dejó sin cambios sus políticas de estímulo, las cuales incluyen 80 mil millones de euros al mes en compras de bonos y una tasa de interés referencial de cero.
Las autoridades buscaron balancear la necesidad de asegurar a los mercados que crearán más medidas de estímulo si fuera necesario para calmar la incertidumbre sobre el impacto que tendrá la salida británica de la UE. El banco espera obtener más datos de sus analistas sobre las previsiones.
Los 15 integrantes del consejo trataron de poner de manifiesto que no se quedarán de brazos cruzados en caso de que haya problemas, lo que hizo crecer las expectativas de que habrá más medidas de estímulo.
Las autoridades bancarias concordaron en que los mercados financieros ya preveían el resultado de la votación del Brexit. Sin embargo, dijeron estar preocupados del impacto de largo plazo para Europa, un importante socio comercial. La salida de Gran Bretaña de la UE y su mercado único con menos aranceles tarifarios requerirá una renegociación de las relaciones comerciales, algo que tarde años y cause incertidumbre a las empresas.
Las autoridades del BCE dijeron que “la incertidumbre de la situación misma podría afectar a la economía global en formas más profundas y menos predecibles que a través del canal del comercio directo”.
Algunos analistas creen que el banco europeo eventualmente anunciará más medidas de estímulo además de la compra de bonos y las tasas de interés extremadamente bajas, que incluyen una tasa negativa de 0.4% a los depósitos de entidades crediticias.
Por otra parte, los 19 países que usan el euro, en la comunidad europea, enfrentan preocupaciones por sus bancos en especial en Italia, donde los pagos vencidos y las bajas ganancias siguen agobiando al sistema bancario.
Las bajas tasas de interés reducen el margen de ganancia entre el costo al que prestan los bancos y lo que les cuesta a ellos financiarse. Esto preocupa a algunas empresas europeas que dependen en su mayoría de los bancos para obtener créditos, en lugar de los mercados financieros, como sucede en Estados Unidos.