ICA, considerada hasta hace un año como una de las principales constructoras de América Latina, estima recibir hasta 4 mil 145 millones de pesos, cerca de 222 millones de dólares, si gana todos y cada uno de los juicios que tiene, o que va a interponer, con distintos gobiernos y con otra firma del sector.

La confianza de ICA de cobrar ese dinero es mucha, lo demuestra en su reporte anual de 2015, aunque no todos compartan su optimismo.

“El tema de los juicios siempre es complicado… porque llevan bastante y no sabemos cuánto más falte”, comentó un analista de la industria de la construcción quien pidió no ser identificado.

Incluso, si ICA llega a recibir fondos por esos juicios, los recursos pueden llegar demasiado tarde.

Para cuando los jueces emitan sus sentencias, la empresa probablemente tenga un menor tamaño al actual, luego de que la semana pasada anunció una nueva estrategia que involucra la venta de filiales y activos para obtener fondos y reducir sus obligaciones financieras y así alcanzar un acuerdo de reestructuración con sus acreedores.

Desde diciembre, ICA no ha cubierto sus obligaciones financieras y busca elaborar un plan de reestructuración de adeudos.

Si la constructora es optimista sobre sus probabilidades de ganar sus disputas legales, no lo es tanto como para pensar que no deba ajustarse a su nueva realidad, luego de que cayó en incumplimiento.

De las nueve disputas legales que tiene la constructora, la más conocida es la relacionada con el pago de trabajos adicionales y extraordinarios que realizó para la edificación de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México.

Esos trabajos adicionales no formaron parte del contrato que ganó la compañía, con otras dos empresas, para edificar esa obra de transporte urbano. Los socios de ICA en ese proyecto fueron Alstom Mexicana, filial del fabricante de trenes francés Alstom, y Carso Infraestructura y Construcción, subsidiaria de Grupo Carso.

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