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maria.saldana@eluniversal.com.mx
La depreciación de la moneda mexicana no es una tragedia, sino un fenómeno económico que se da a nivel mundial, aseguró el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría Treviño.
Sin embargo, ante ello hay que sacar ventajas como incrementar las exportaciones para aprovechar la coyuntura, antes de que otros países “nos coman el pastel”, dijo al participar en el Seminario de Perspectivas Económicas 2016, México después de las reformas, llevado a cabo en el ITAM.
En la República hay efectos por los cambios que se han hecho y por ello se tiene un crecimiento mucho mayor al de otras naciones emergentes, señaló. Hay mejoras en el Estado de derecho y está en curso un proceso de cuatro años para la modernización de la justicia penal, pero “esto no quiere decir que estamos viendo la vida color de rosa y que somos el país ideal. Es para estimular que sigamos en esa dirección. No nos rasguemos las vestiduras y tampoco nos echemos gasolina y nos echemos un cerillo”.
Añadió que institucionalmente se avanza y hay una necesaria ola de cambios respecto a la gobernabilidad, además de que se requiere subir la productividad, fortalecer las instituciones y recobrar la confianza que se perdió en el gobierno y en los funcionarios.
Comentó que el coletazo de la crisis económica de 2008 aún tiene efectos en el país y en el mundo, porque a pesar de que pasaron los años, siguen sus consecuencias. Hay heridas que aún se sienten como el desempleo y la creciente desigualdad, que en el caso de México es grave porque 10% más rico recibe 30 veces más que 10% más pobre, mientras que en la OCDE el promedio es de nueve a 10 veces.
Advirtió que la política económica de un país no se puede fijar con base en lo que sucede con el tipo de cambio o de acuerdo con los movimientos en las bolsas de valores en el mundo.
Para el también ex secretario de Hacienda, si bien no se puede evitar la depreciación del peso frente al dólar con medios artificiales, sí es una política acertada la del Banco de México de realizar subastas diarias.
“No podemos evitar que se deprecie la moneda si hay un ambiente mundial difícil y tampoco hemos querido apreciarla artificialmente porque se pierde competitividad”, aseguró.
Durante su exposición pidió “no rasgarse las vestiduras” ante la volatilidad de los mercados, el aumento de las tasas de interés o la depreciación de las monedas. La decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de subir las tasas de interés se tenía que tomar y recordó que desde hacía dos o tres años pidió que subieran porque diferirlo sólo generaba incertidumbre.
Ahora que se dio el alza queda claro que en los próximos dos o tres años se normalizarán las tasas de interés, pero se hará “despacito”. “De lo que se trata es de buscar que haya inversión en el mundo, porque ello genera crecimiento, lo que es necesario en momentos en que el comercio exterior mundial crece a tasas de 2%, en lugar de incrementarse al doble de lo que lo hace la economía”, destacó.