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La nueva Ley de la Tesorería de la Federación (LTF) que fue aprobada por el Congreso de la Unión el año pasado, será clave para la rendición de cuentas de los recursos públicos federales, destacó el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray.
“Esta nueva ley constituye una pieza clave para asegurar que los recursos del erario público se administren de manera eficiente y transparente, coadyuvando con ello a la rendición de cuentas”, afirmó.
A través de un comunicado, la Secretaría de Hacienda recordó que por la Tesorería de la Federación pasa la mayor parte del Presupuesto de Egresos y los pagos electrónicos a los beneficiarios de programas sociales.
Asimismo, mencionó que la nueva ley LFT entró en vigor desde el 1 de enero de este año y deroga a la anterior Ley del Servicio de la Tesorería de la Federación (LSTF), la cual data del 31 de diciembre de 1985.
Con la reforma se fortalece a la tesorería como una institución de vanguardia en términos de buenas prácticas, porque favorece la centralización en la administración de los recursos financieros, evitando la existencia de múltiples cuentas bancarias, destacó la dependencia.
Entre otras características de la nueva ley, señaló que toda la operación de la tesorería sustenta su operación en medios electrónicos de pago, en donde las entregas de recursos se realizan directamente en las cuentas bancarias de los beneficiarios finales.
De esta manera, se promueve la inclusión financiera entre los beneficiarios de los pagos del gobierno federal, como los de programas sociales, afirmó la SHCP.
Señaló que la tesorería se ha consolidado como la entidad que administra de manera directa la mayor parte de los recursos presupuestarios, y con esta nueva ley se actualiza su marco jurídico.
Con ello, se garantiza la permanencia de un modelo basado en un mayor control en el manejo de los recursos públicos, y mejora la eficiencia y transparencia en línea con los compromisos de la actual administración de promover un gobierno eficiente, moderno y transparente.
La nueva ley establece que el Sistema de Cuenta Única de Tesorería será obligatorio para las dependencias y entidades, es decir los organismos descentralizados, empresas de participación estatal y fideicomisos públicos que de conformidad con la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal sean considerados entidades paraestatales.
Ello sin perjuicio de la autonomía presupuestaria que, en su caso, les corresponda en términos de las disposiciones jurídicas aplicables.
Todas las cuentas que conforman el Sistema de Cuenta Única de Tesorería y sus recursos, por su naturaleza y fines, serán inembargables y no podrán ser objeto de medidas administrativas o judiciales que afecten su disponibilidad y liquidez, así como imprescriptibles, productivas y con las mejores condiciones para el gobierno federal.
Indicó que será la Tesorería de la Federación la encargada de operar el Sistema de Cuanta Única, a través del cual se llevará a cabo la administración unificada de los recursos públicos federales.