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El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo decidió hoy en Malta mantener las tasas de interés en su mínimo histórico del 0.05 por ciento, un nivel en el que se encuentran desde septiembre de 2014.
La autoridad monetaria también deja inalterable el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito en -0.2 por ciento y el tipo de interés aplicable a la facilidad marginal de crédito en 0.3 por ciento.
La reunión de este jueves, la penúltima del año, no se celebró en Fráncfort como es habitual, sino en Malta, la economía más pequeña de la eurozona que entró en la Unión Europea en 2004.
El organismo monetario cumple así con una tradición de reunirse dos veces al año fuera de su sede en Alemania, con el objetivo de acercar la institución a los ciudadanos del resto de países comunitarios.
La de este jueves es una reunión de las denominadas “de transición”, ya que no se esperan novedades en relación a la política monetaria de la entidad.
Los mayores retos a los que actualmente se enfrenta el BCE son una inflación todavía muy inferior a su objetivo (de mantenerla cercana, pero por debajo del 2.0 por ciento) y la volatilidad originada tras los vaivenes sufridos por economías emergentes, sobre todo de China, cuyo impacto se dejó sentir en la eurozona.
Aún así, no se espera que el presidente del BCE, Mario Draghi, anuncie este jueves decisiones de envergadura como, por ejemplo, una posible ampliación del programa de compras que el BCE tiene activo desde marzo (conocido como Quantitative Easing) para elevar el nivel de precios y favorecer la llegada de liquidez a la economía real.
Esta opción se da prácticamente por descartada después de que esta semana se publicó la encuesta de créditos que mostraba una mejora de la financiación a las empresas en el tercer trimestre.
De este modo, los resultados vendrían a presentar una mejor situación del crédito en la economía real, lo que desalentaría al BCE a aplicar nuevos estímulos.
cfe