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En el Siglo XX, al incrementarse el uso del automóvil y la alta industrialización de los países desarrollados, la demanda del petróleo y gas natural aumentó en forma espectacular, convirtiéndose en fuentes de energía fundamentales. El uso de estos productos que son derivados de los restos fósiles es tan importante que sin ellos no habría autos, transporte aéreo y la gran mayoría de las centrales eléctricas no podrían funcionar; a nivel mundial, 16% de todo el petróleo extraído es utilizado para fabricar otros materiales útiles en nuestra sociedad, como el plástico, medicinas, pesticidas, fertilizantes y disolventes.
En los últimos 60 años, los precios del petróleo han experimentado numerosos incrementos y disminuciones en sus precios. Recientemente más, debido a las fuerzas de la oferta y la demanda entre los países.
Aunque algunas naciones como Estados Unidos, el Reino Unido y Noruega cuentan con reservas de petróleo importantes, una gran porción mundial de este energético se encuentra en Oriente Medio y otras áreas caracterizadas por la inestabilidad política, con una quinta parte de las reservas de petróleo conocidas, Arabia Saudita ocupa un primer lugar entre los productores.
El petróleo empezó a ser conocido como el Oro Negro cuando muchos países lo integraron como parte de sus ingresos nacionales, la esperanza nacional contra todos los males incluyendo la pobreza, el desempleo y la inadecuada repartición de la riqueza, y aunque sepamos en el fondo que así no funciona este sector energético, ahí es donde encontramos la principal postura económica de México.
De acuerdo con el Banco de México, Pemex es la primera empresa entre las nacionales y extranjeras con mayores ingresos brutos, que en julio de 2015 fueron de 479 mil millones de pesos, y con un déficit en su balance financiero, en ese mismo mes, por 176 mil millones de pesos, como un urgente llamado a la aplicación de la reforma energética aprobada desde el año pasado, que apenas termina su Ronda Uno.
De acuerdo con la agencia EFE, al iniciar la tercera semana de septiembre 2015, la mezcla mexicana cerró en 37.96 dólares por barril. Desafortunadamente los precios internacionales del Oro Negro no estaban ayudando a la economía mexicana. Sin embargo, recientemente hay una buena noticia, pues de acuerdo con la agencia AFP, en el día de la Independencia de México, el precio del petróleo aumentó en Nueva York por la baja de las reservas comerciales en Estados Unidos. El Departamento de Energía de ese país reportó que las existencias de petróleo americano cayeron 2.1 millones de barriles, esto afectó el precio del barril americano, que cerró en 47.15 dólares. El efecto también llegó a Europa, y en Londres el barril de Brent del Mar del Norte cerró en 49.75 dólares.
Afortunadamente, el banco central de Estados Unidos, la FED, anunció que mantendrá sus tasas de interés. En el caso del petróleo, al permanecer estables las tasas, el dólar estadounidense, que es la divisa usada en el mercado de energéticos, también permanece estable y le da la oportunidad a las monedas de otros países de recuperar valor en relación con el billete verde, como en el caso de México, que aun antes del anuncio de la FED, para mediados de septiembre, de acuerdo con el Banco de México, el peso había recuperado un poco de terreno, al ubicarse en 16.80 pesos por dólar precio de venta.
En otras palabras, el incremento reciente de los precios del petróleo ya no debería subir más el precio del dólar para el caso de México, y el anuncio de la FED da una tranquilidad a los mercados financieros.
La interrogante es: ¿Hasta cuándo la eterna pérdida de Petróleos Mexicanos va a continuar? Si bien la reforma energética está enfocada en realizar mejoras de estructura y finanzas, para el ciudadano común el beneficio también debe ser inmediato, al menos la transparencia en la aplicación de los recursos que genera la empresa productiva de Estado debe ser todavía mayor.
En conclusión, el asunto no es el volumen de ingresos o déficit, es la confianza que deberíamos tener en una adecuada administración estatal de nuestro gigante petrolero.
*Académico de la Universidad del Valle de México