El Sistema Financiero es el conjunto de instituciones que captan, administran, dirigen y canalizan tanto el ahorro como la inversión dentro del marco legal que corresponde a un territorio. Está integrado por diferentes intermediarios y mercados financieros, que actúan de mediadores en el mercado de activos y son el vínculo entre los que poseen capital para invertir y los que demandan recursos.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores afirma que la inclusión financiera es fundamental para el sano desarrollo de la economía nacional y del sistema financiero debido a que permite igualar las oportunidades de desarrollo de las personas y facilita la conversión de ahorros en proyectos productivos. De acuerdo con la organización internacional World Economic Forum la inclusión financiera es uno de los grandes contribuyentes para terminar con la pobreza en el mundo, sin embargo, aunque casi 750 millones de personas en el mundo dieron el paso a la bancarización entre 2011 y 2014, de acuerdo con cifras del Banco Mundial únicamente 62% de la población mundial hace uso de las instituciones financieras.

Contar con sistemas financieros más incluyentes es actualmente parte de la agenda de varios países, incluido México e incluso es parte de la agenda de los países que conforman el G20. Sin embargo, en nuestro país, de acuerdo con la Encuesta de Inclusión Financiera del INEGI únicamente 35% de los adultos de 18 a 70 años ahorra utilizando mecanismos formales y sólo 47% tiene un producto financiero de crédito o ahorro.

Lograr los objetivos impuestos por la agenda del G20 en materia de inclusión financiera depende en gran parte de que México cuente con un marco institucional sólido y una regulación y supervisión financiera, que salvaguarden la integridad del mismo sistema y protejan los intereses del público. El país ha avanzado sobre este tema al tener una regulación actualizada y moderna impuesta por la Reforma Financiera del 2014. Sin embargo, otro pilar que contribuye a la inclusión es la educación financiera en el país, la cual ha recibido mucho menos atención.

La Encuesta de Inclusión financiera del INEGI menciona que 38% de los mexicanos no ahorra, de los que sí ahorran 18% lo hace por métodos formales, 26% por métodos informales y 18% en ambos. En cuanto a crédito 49% de los mexicanos no lo utiliza, 24% pide préstamos de forma informal y únicamente 18% formal. Aunado a esto, 80% de los encuestados afirma no llevar un registro de sus gastos.

Estos números no resultan alentadores y puede estar relacionado con la percepción que tienen los mexicanos sobre el sistema financiero en general. De acuerdo con un estudio realizado por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México 15% de las asociaciones espontáneas relacionadas a banco se refieren a factores de desconfianza y para 22% el crédito se relaciona a deuda. Esta misma encuesta muestra que 32% de los encuestados que no usan servicios financieros dicen no necesitarlos y 41% menciona que las instituciones financieras en México no ofrecen productos útiles para ellos.

Para el Banco de México un sistema financiero estable, eficiente, competitivo e innovador contribuye a elevar el crecimiento económico sostenido y el bienestar de la población. Es claro que el gobierno ha hecho énfasis en la importancia de generar certidumbre para oferentes y demandantes del servicio por medio de la legislación actual, sin embargo, para que los resultados en inclusión puedan ser mucho mayores se debe concientizar a las personas sobre los beneficios personales y nacionales que ser parte del sistema financiero puede aportar. Esta educación debe partir de todos los interesados como organismos internacionales, gobierno e incluso instituciones financieras.

Coordinadora del Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México*

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