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La depreciación del peso frente al dólar presiona los costos de producción del sector agropecuario por el encarecimiento de insumos importados y amenaza con elevar los precios al consumidor de algunos productos alimenticios, advirtió Víctor Suárez, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).

Sin embargo, la evolución del tipo de cambio también presenta una oportunidad para sustituir importaciones con la mayor producción de granos básicos, como el maíz.

La devaluación de poco más de 25% del tipo de cambio desde septiembre del año pasado, va a representar un encarecimiento en proporción equivalente en las importaciones de productos agropecuarios, comentó.

Hasta mayo de este año, el valor de compras al exterior de estos bienes ascendió a 4 mil 697 millones de dólares, de los cuales más de 50% estaba concentrado en cuatro productos: maíz (20.9%), soya (14.7%), trigo (9.5%) y leche (7.6%), de acuerdo con los datos más recientes de Banxico.

Hasta ahora no hay un traspaso contundente de la devaluación hacia los precios al consumidor de los alimentos, debido a factores estacionales de cosecha y comercialización.

Sin embargo, ya se elevaron los costos de los insumos importados como semillas, fertilizantes y agroquímicos, por lo que se observará una presión alcista en la comercialización del próximo ciclo de cosechas de primavera-verano, y habrá presión a los consumidores en los próximos meses.

Esto se observará hacia el último trimestre del año y en los primeros meses de 2016, porque la tendencia devaluatoria no cesa y porque los mercados agrícolas están en momento de alta volatilidad, dijo Suárez.

Además, la depreciación cambiaria también hace competitivas las exportaciones agropecuarias mexicanas, que en los primeros cinco meses del año sumaron 6 mil 200 millones de dólares, cifra 7.1% superior a la del mismo periodo de 2014.

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