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El auge del sector automotriz en México y la paulatina puesta en marcha de la reforma energética han favorecido el crecimiento de pequeñas empresas proveedoras, que han obtenido financiamiento a partir de uniones de crédito.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Luis Morales, presidente del Consejo Mexicano de Uniones de Crédito (ConUnión), aseguró que este año, dicho sectores han aumentado sus requerimientos de financiamiento ya que en 2014, representaban 10% de su cartera y debido a su dinamismo alcanzan ya 15% de sus recursos.
“En el sector industrial se ha notado una fuerza mayor que años anteriores y es consecuencia de la implementación de las reformas estructurales. Quienes nos ubicamos en la cadena de proveedores de diferentes industrias como la automotriz y en otros casos como la manufactura, sí están teniendo un mejor dinamismo a lo observado meses atrás”, comentó.
Según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la cartera de crédito de las uniones de crédito llegó a 34 mil 240 millones de pesos en el primer trimestre de 2015, 4.2% más si se compara con el mismo periodo del año anterior.
En contraste, el financiamiento a empresas del sector primario, como agricultura y otras actividades, se redujo por la debilidad económica y mayores necesidades de fondeo en las uniones de crédito.
“Hay una recomposición que nos ayuda a diversificar el riesgo de concentración de uno o dos sectores. Están entrando nuevas actividades y nosotros estamos ahí y estamos listos para prestarle a esa cadena de proveedores”, destacó el presidente de ConUnión.
Según Morales, el mayor crecimiento del crédito se encuentra en empresas proveedoras del sector automotriz ubicadas en el centro de México; a la par, más industrias manufactureras están aumentando su demanda de financiamiento y se espera que otros negocios del sector energético busquen alternativas de préstamos, para mejorar su desempeño.
Actualmente, una unión de crédito puede otorgar hasta un 1.5 millones de pesos para industrias que se desarrollen en estos sectores.
Hacia el segundo semestre y con perspectiva a 2016, las uniones de crédito confían en que haya fondeo por parte de la banca de desarrollo, sin que los recursos se vean afectados por los ajustes presupuestales anunciados por el gobierno.