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Uno de los sitios que más han cambiado la vida del mundo nació de la mente de dos hombres brillantes que detectaron una necesidad. Larry Page y Sergey Brin, los fundadores de Google, se conocieron en 1995 en Stanford con 22 y 21 años. De hecho, Sergey fue el guía de turistas de Larry a través de la universidad. Ambos buscaban graduarse de sus respectivos doctorados y empezaron a trabajar en el proyecto de un buscador en la red. Ya para 1997, Google se registraba como dominio. Y desde entonces, comenzaron a hacer historia. Hoy, la empresa —su matriz, Alphabet (GOOG)— acaba de superar (otra vez) a la gigantesca Apple en valor en cuanto a capitalización de mercado al valer más de 500 mil millones de dólares.
Para entender qué es lo que ha hecho valiosa a Google, es necesario poner atención a su misión: “Organizar la información del mundo y hacerla accesible y útil de forma universal”.
Lo que estos dos universitarios hicieron fue detectar un problema o una necesidad no satisfecha del mercado y crear un producto que se ajustara a ello. Pero no sólo eso, sino que consiguieron un modelo de negocio que les da hoy miles de millones de dólares.
La mayor cantidad de esos billetes verdes, los ganan a través de Google Adwords, un sistema que ofrece publicidad patrocinada a potenciales anunciantes. A partir de su creación, Google no ha hecho más que crecer y aumentar cada vez más sus servicios.
En 2004 debutó en Wall Street con una oferta pública inicial de más de 19 mil acciones.
¿Qué es lo que hace a una empresa valiosa? Es una pregunta que se ha intentado responder sin una respuesta absoluta, pero una de las respuestas puede ser precisamente, su propuesta de valor y qué tan escalable y rentable logra ser.
“El emprendedor antes de empezar un negocio, necesita detectar un problema o una necesidad no satisfecha en un mercado. De fin último debe agregar valor al cliente. ¿Cómo saber si el emprendedor lo está haciendo? Si él detecta un problema y a través de sus productos o servicios le da solución a este problema”, explica Mario García, jefe de incubadoras de empresas de la Universidad La Salle.
Para lograrlo, es necesario que el emprendedor defina de inicio precisamente cuál es su propuesta de valor. Ésta puede explicarse como la suma de beneficios que el cliente considera tangibles de manera ya sea consciente o inconsciente. La propuesta de valor es aquello que hace diferente a la empresa del resto del mercado, porque ésta es única y prácticamente intransferible a nadie más.
Esto se hace en la primera etapa de formación. Ahí, el emprendedor tiene que demostrar que hay un mercado que está o estaría dispuesto a consumir su producto o servicio. “Primero el emprendedor tiene que demostrar que hay una demanda que está dispuesta a consumir su producto. Tiene que encontrar ese match entre el mercado y el producto”, explica José Antonio Dávila Castilla, director del Centro de Investigación en Iniciativa Empresarial del IPADE.
Ahora bien, no se trata solamente de elaborar una propuesta de valor y de demostrar que hay mercado (consumidores que están dispuestos a comprar el producto o servicio) sino que también el producto sea rentable.
“El proyecto tiene que estar fincado en un modelo de negocio que demuestra que puede se puede generar riqueza. No basta con que logre satisfacer una demanda de productos o servicios, sino que ya habiendo encontrado alguno de éstos demuestre que puede ser un buen negocio”, explica el especialista de La Salle.
Para entenderlo mejor: Lograr que Google tuviera éxito, no sólo se debió a que Larry y Sergey encontraran un mundo que necesitaba organizar una cantidad de información infinita, sino a que diseñaron un modelo de negocio de publicidad el cual fue lo suficientemente demandado para granjearles miles de millones en menos de dos décadas. En 2015, las ganancias para esa empresa fueron de poco más de 67 miles de millones de dólares. De éstos, 75.5% fue gracias a la publicidad ofrecida a través del buscador.
Canvas
El modelo de negocio es necesario porque ahí se define la forma en la que la organización va a generar dinero. Hoy, el plan de negocios quedó atrás de acuerdo con la metodología que se utiliza hoy más extendidamente en el mundo del emprendimiento: el modelo Canvas.
Éste, a diferencia del plan de negocios (el cual es un documento que más bien especula, no prueba nada) busca, a través de la prueba y error, minimizar los riesgos al emprender. Escencialmente se trata de irle a preguntar al consumidor sobre el producto o servicio una y otra vez.
Está compuesto por nueve bloques a través de los cuales se cubren las principales áreas de un negocio (clientes, ofertas, infraestructura y viabilidad financiera), todo esto para explicar de manera detallada la forma en la que la empresa buscará hacer dinero. En línea es posible encontrar plantillas de Canvas para aplicar la metodología, pero incluso hay talleres para aprender a hacerlo. En este modelo, se necesita explicar la tan importante propuesta de valor de la empresa.
“En el modelo Canvas, de los nueve puntos, la propuesta de valor es el segundo punto. Primero tiene que encontrar el mercado, valida la propuesta de valor, esto es que la gente está dispuesta a adquirir tus productos y servicios. El camino de un emprendedor primero debe ser detectar el problema, definir su propuesta de valor, validarla y ya que lo hizo, diseñar y validar su modelo de negocio completo”, explica el especialista de la Universidad La Salle.
Otro aspecto a tomar en cuenta para construir una empresa valiosa es hacerla escalable.
Ésta una característica que permite que el beneficio de la empresa crezca sin que ello signifique que los costos también crecerán. “El principio fundamental de la escalabilidad es la desproporción entre los resultados de la actividad empresarial y los recursos empleados para su obtención”, explica BBVA Bancomer en un sitio de asesoría para empresas.
El especialista del IPADE da un ejemplo: “Una empresa en la que la venta número 10, 100 o 500 es tan difícil como la primera venta, esos negocios son muy difíciles de escalar. Por ejemplo, ¿cuánto le cuesta a Uber que bajes su aplicación? Realmente nada. Tener 50 mil autos y 50 mil interesados en viajar no le cuesta nada, eso es ser escalable”.
A nivel interno
Si bien el valor de una organización radica en estas características, también es necesario que a lo largo de su consolidación se busque el que la empresa pueda profesionalizarse lo más rápido posible. Primero, podría parecer obvio, pero la recomendación de inicio es que si estás creando una empresa empieces por hacerlo de manera formal. Más de 50% de las compañías en México operan bajo la informalidad, lo cual más allá de generar un daño a la economía, les dificulta crecer, acceder a una mejor cartera de clientes, ofrecer empleos de calidad, éstas como sólo algunas de las desventajas que supone operar al margen de la ley.
¿Quisieras que tu empresa fuera grande y que en el mejor escenario pudiera aspirar algún día cotizar en bolsa, por ejemplo? Quizá es muy remoto, pero hay que empezar a hacerlo bien. Y uno de los tantos requisitos necesarios es tener “gobierno corporativo” al interior de la organización. Éste se entiende como un conjunto de normas y principios que regulan los órganos que forman una empresa y que buscan conducir a ésta de la forma más ordenada posible.
En términos formales, una organización está compuesta por tres partes: una asamblea de accionistas, un consejo de administración y la gerencia. Esencialmente, la primera es un órgano supremo que tiene el control básico de la vida de la empresa; el segundo define la estrategia de ésta y el tercero toma las decisiones del día a día. Por supuesto, en una empresa pequeña y que apenas inicia suena casi imposible el instaurar este tipo de órganos, sin embargo, siempre es posible establecer un orden que ayude a tomar mejores decisiones.
Este gobierno es un “guante a la medida” por lo que cada organización necesita encontrar cuál le queda mejor. ¿Cúando? Lo antes posible. “Para un emprendedor es necesario construir muy bien el gobierno de su empresa. Es muy importante que lo haga y cuanto antes mejor”, explica el especialista del IPADE.
