Las micro, pequeñas y medianas empresas son las más numerosas en el país. Se les ha denominado el “motor” o la “columna” vertebral de la actividad y son consideradas las “impulsoras del crecimiento económico”, particularmente en naciones en desarrollo como es el caso de México.

Constituyen 99.8% de las empresas en territorio nacional según el Inegi. Sin embargo, tienen varios problemas, entre éstos, la falta de productividad: Son “significativamente” menos productivas que sus contrapartes de mayor tamaño, pues las grandes compañías producen 6.3 veces más que las microempresas, 2.9 más que las pequeñas y 1.7 más que las medianas. Pero los problemas no acaban ahí. La informalidad y la carencia de capital humano calificado son otros de sus grandes retos.

El estudio Construcción, generación y análisis de indicadores para medir el estado y la evolución del ecosistema emprendedor en México, explica estas variables a detalle y da el panorama sobre cómo es emprender en el país.

Este ejercicio fue realizado por Fundación Idea como parte de los trabajos del Observatorio Nacional del Emprendedor, uno de los compromisos de Enrique Peña Nieto que apenas está tomando forma.

Giulia Salieri, socia y directora de planeación estratégica de Fundación Idea, explica la importancia de estas organizaciones para el país: “Se estima que para dar empleo para todas las personas que están saliendo de las universidad vamos a necesitar 8.8 millones de empleos en 2020, de los que difícilmente van a salir de las grandes empresas ahora”. Así, la necesidad es apostar por su crecimiento: “Las pequeñas empresas son nuestros semilleros para las grandes empresas del futuro”.

El estudio hace una radiografía de cómo están varios aspectos ligados al emprendimiento así como da recomendaciones sobre políticas públicas al respecto.

Financiamiento

En distintos aspectos, el financiamiento siempre ha sido el obstáculo más grande para los emprendedores. Este estudio encontró que sólo una cuarta parte de los empresarios estuvieron buscando financiamiento en 2013, lo cual, no es nada alentador.

“Es algo preocupante porque un emprendedor que sobrevive solamente de sus recursos, tiene limitantes importantes a su crecimiento. No queremos más pequeñas empresas, sino pequeñas empresas que crezcan, pero sin financiamiento, difícilmente se volverán empresas grandes”, explica la investigadora.

Uno de los problemas detectados, no sólo en este estudio sino con anterioridad por especialistas e instituciones tales como el Banco Interamericano de Desarrollo, es que los productos que los bancos ofrecen a este nicho están muy poco diversificados, no corresponden con las necesidades de los pequeños y medianos empresarios y emprendedores y son muy poco accesibles para ellos, debido a la cantidad de requisitos que les piden.

En consecuencia, este estudio encontró que mientras que los empresarios pidieron en su mayoría financiamiento privado, los emprendedores solicitaron el público, lo cual podría indicar que “la banca privada difícilmente invierte en proyectos nuevos”. A escala de microempresas sólo 20% obtienen este financiamiento.

Los familiares y amigos son la principal fuente para financiarse (30%) después de las cajas o sociedades de ahorro (26%), la banca comercial (25%) y los proveedores. El capital semilla, tanto público como privado, representa muy poco de donde los emprendedores y empresarios obtienen dinero. Mientras que sólo 2% de los primeros lo solicitan, 6% de los segundos lo hacen a través de esta vía.

La formalidad

Otro de los grandes problemas para la economía en México es la informalidad. Para entender este fenómeno, vale la pena delinear lo que cuesta pagar impuestos en el país. El tiempo promedio para presentar, preparar y pagar impuestos es de 350 horas (14.5 días) lo cual es mucho. México casi duplica el promedio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, según cita este análisis.

¿Qué sucede? Que a las empresas les cuesta mucho la formalidad y parece no reportarles beneficios, por lo que no se regularizan. “El tiempo excesivo para cumplir con las obligaciones fiscales genera costos prohibitivos para algunas empresas. Eso, junto con la falta de beneficios percibidos, contribuye con los altos índices de evasión y la informalidad de los negocios en el país”, sostiene el estudio. El quedarse en la informalidad trae muchas barreras al crecimiento, explica Giulia. “Una empresa que se queda informal difícilmente puede crecer más allá de un cierto tamaño, entre otras cosas porque le viene muy difícil solicitar financiamiento por fuentes formales, porque no puede acceder a recursos públicos y le es más difícil contratar gente y ofrecer buenos empleos”, explica. Muchas lo deciden voluntariamente.

Capital humano

La capacitación de sus empleados no es una prioridad para los empresarios y emprendedores de las mipymes mexicanas. Apenas 30% reportó ofrecerles algún tipo de capacitación, lo que hace que la gente se quede sin los conocimientos que le ayudan a mejorar en su trabajo. De hecho, una de las causas de la excesiva rotación que existe en México es precisamente esta carencia. “En el momento en el que la gente se capacita, le ofrecen otro empleo, y hay una alta rotación en las empresas y los empleados siguen siendo no los mejores”, dice Giulia.

Además, en México se necesita que las pymes sean más innovadoras porque esto hará que las probabilidades de su subsistencia aumenten. “Una pyme no innovadora probablemente es una pyme que se va a quedar chica”, explica Giulia. 17% de los emprendedores y 22% de los empresarios reportan haber estado involucrados en proyectos innovadores en el último año, según este estudio.

De acuerdo con información del Banco Mundial citada por el estudio, mientras que países como Alemania, donde el gobierno y el sector privado invierten conjuntamente casi 3% de su PIB en desarrollo, y otros como el Reino Unido y Canadá más de 1.5%, en México se dedica menos de 0.5%.

La realidad es que para las empresas, innovar es un riesgo, porque por un lado enfrentan la posibilidad de fracasar sin tener la oportunidad de recuperar los costos de estos procesos y por otro, enfrentan la posibilidad de que el competidor copie o imite sus productos, limitando el poder recuperar la inversión, según ha encontrado Fundación Idea en estudios anteriores.

La conclusión del estudio puede englobarse en una frase de Yolí Sánchez, otra investigadora de la Fundación Idea y participante del estudio: “Hay que dejar de pensar como política de mipymes como ‘vamos a crear empresas por todos lados’. Es más importante que crezcan. La economía va a crecer en la medida de que las micro pasen a pequeñas y las pequeñas a medianas, porque las medianas y las grandes empresas son las que tienen la oportunidad de mejorar los indicadores económicos y eso se hace a través de la productividad”,

Ser emprendedor ¿es valioso o no?

Contra toda creencia, 70% de los encuestados aseguró que ser emprendedor es una carrera atractiva. Esto es importante, explica el análisis, debido a que esto se vuelve relevante, pues la imagen que tiene una sociedad sobre los emprendedores es importante para entender la cultura de emprendimiento en un país.

Los mexicanos quieren ser emprendedores porque quieren ser sus propios jefes (poco más de 25%); para tener independencia económica (25%); para conseguir un patrimonio personal (poco más de 10%) y la minoría restante por razones como el haber visto esto en su entorno familiar desde siempre y lo quieren imitar o porque tienen que buscar una fuente de ingreso porque se quedaron sin trabajo.

La recomendación en este sentido va para el gobierno, el cual tiene que aprovechar esta estima para promover historias de éxito que incentiven a otros para hacer lo mismo.

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