No sólo en México las pequeñas y medianas empresas sufren la carencia de financiamiento. Es el más grande problema que evita que los negocios crezcan y se desarrollen y es una situación que se ha agravado más con la más reciente crisis económica. El tema es común a las compañías de América Latina, en donde existe una brecha de financiamiento de entre 210 y 250 millones de dólares, de acuerdo con cifras de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), un organismo multilateral miembro del Banco Interamericano de Desarrollo que brinda financiamiento y asistencia técnica a las pequeñas y medianas firmas.

En entrevista con EL UNIVERSAL, a propósito del Finpyme Forum, el primer foro organizado para hablar sobre la innovación en el financiamiento de las pymes realizado en Medellín Colombia, Orlando Ferreira, director general de operaciones de dicho organismo multilateral, explica que el principal reto de las pymes, el financiamiento, ha sido enfrentado por éstas de forma innovadora a través de la tecnología, la cual les ha permitido acceder a recursos a través de distintas plataformas nuevas como el crowdfunding.

Y es que si la industria turística o la de manufactura ya tuvo su etapa de innovación, hoy le toca a la financiera la cual si bien ha acogido avances tecnológicos como la banca móvil, todavía no entra por completo en una renovación que le permita ofrecer soluciones realmente funcionales a estas pymes que están necesitadas de créditos que se ajusten a sus necesidades..

Su importancia no es menor. En México, por ejemplo, la columna vertebral de la economía son las pequeñas y medianas empresas al constituirse como más de 90% de las organizaciones. En la región, la situación es similar.

“Las pequeñas y medianas empresas enfrentan realmente desafíos importantes. Nos gusta hablar de productividad pero a veces olvidamos que cuando hablamos de las pymes necesitamos hablar de sobrevivencia. Tienen que enfrentar además de crecimiento, temas como separar la propiedad de la querencia y el desafío de que sus empresas trasciendan a las siguientes generaciones”, explica Ferreira.

Durante dos días, tanto pymes de la región, como bancos y la misma multilateral discutieron en este foro, organizado por la CII, temas como los desafíos y oportunidades en el financiamiento a la pyme de la región, el papel de los bancos en el otorgamiento de créditos y el lugar que las empresas fintech (empresas que a través de la tecnología proveen servicios financieros) tienen en el financiamiento.

A pesar de que son países distintos los de la región latinoamericana, los problemas son similares.

—Sí. El financiamiento es un desafío. A todos nos preocupa mejorar el financiamiento de la pequeña y mediana empresa. Las multilaterales como la Corporación, tienen un rol de proveer financiamiento, pero también otro más aún importante que es el de crear bienes públicos a través de la creación de conocimiento y de un poder de convocatoria como intermediario de buena fe. Por ello convocamos a todos los sectores y pusimos en la mesa el problema del financiamiento que a todos nos preocupa que es mejorar el financiamiento de la pequeña y mediana empresa.

Los bancos no están avanzando al mismo ritmo que la tecnología, ¿cierto?

—Es el principal reto. Hay muchas industrias que se han renovado totalmente; la primera fue la industria de la manufactura, y ahora le toca a la industria financiera pensar cuál es el siguiente paso, cuál es la industria financiera 2.0. Cuando uno mira la industria financiera y no sólo a ésta, sino que en eso también las multilaterales hacemos una parte de autocrítica, porque también somos instituciones financieras, estamos utilizando metodologías del siglo pasado, todavía no evolucionamos a una metodología capaz de atacar el problema sistémico que estamos viendo de acceso a financiamiento en la pymes.

¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan?

—Hay un problema desde el punto de vista de las empresas, un problema de informalidad, no la entendamos en términos de ilegalidad, sino de la capacidad de las empresas que tienen que enfrentarse a demasiadas barreras. Y además de éstas, tener que dedicarle el tiempo y esfuerzo necesario a mejorar la calidad de su gestión.

Es como una paradoja y un círculo vicioso que se tiene que romper, porque no pueden acceder al financiamiento porque les cuesta romper esta barrera de la calidad de gestión, la separación de la propiedad de su gestión, el hecho de que son empresas familiares pero que se tienen que aprender a gestionar de manera más profesional, todo el día están enfrentando el problema de la supervivencia.

También hay otro problema, y es la asimetría de información. Que por falta de este vínculo y de esta calidad de información (las instituciones financieras) tienen una percepción del riesgo que no siempre se corresponde con la realidad.

Nuestra experiencia en este sentido es que el nivel de riesgo real es mucho menor al nivel de riesgo esperado.

Digamos que los bancos tienen demasiado miedo al riesgo de las pymes.

—Sí, pero les falta información. Entonces ¿Cómo resolvemos estas brechas de información? La tecnología ayuda a resolver esta brecha. También es parte del rol de las multilaterales ayudar a resolver este círculo vicioso en el que caen las pymes, en el tema de superar el día a día y empezar a trabajar en la mejora de su gestión que los saque de su informalidad.

Cómo los bancos no podrían tener miedo si las estadísticas de fracaso de las empresas que apenas empiezan demuestran que son muy riesgosas.

—El problema es que esas estadísticas están basadas en una muestra que no es lo suficientemente grande. Porque realmente cuando uno mira la brecha de financiamiento que hay —de 250 millones de dólares— te dice que hay una población muy grande que está fuera de esa muestra. Y también hay un tema de tecnología de acceso, porque el financiamiento si bien es el primer obstáculo, hay otro también de calidad del financiamiento, entonces no estamos muy seguros de si estas estadísticas de éxito o fracaso se deben fundamentalmente al tema del alcance del financiamiento de las pymes o al tipo de producto que las instituciones financieras están poniendo al servicio de las pymes.

Por darte un ejemplo puntual, el plazo del financiamiento es un tema clave. Cuántos tienen esta percepción del riesgo, que a veces es un mecanismo que se autoalimenta, entonces están prestando a 18 meses de plazo cuando el empresario realmente necesita tres o cuatro o cinco años de plazo para poder ejecutar esa inversión y luego nos sorprendemos cuando esa inversión fracasa. Entonces hay más elementos que la simple estadística de éxito o fracaso que no hemos explorado en su totalidad. También el tipo y calidad de productos que estamos ofreciendo no son necesariamente ideales para promover el crecimiento y éxito de esas firmas.

Los bancos ofrecen cierto molde de productos que no se ajustan a las necesidades de la pyme.

—Sí. El paradigma del traje a la medida ocurre con las grandes empresas. Una organización que viene con un proyecto nuevo dedicado a energía renovable, por ejemplo, obliga a la institución financiera por el tamaño, de riesgo, de exposición, a evaluar ese proyecto como único e indivisible y darle la atención que requiere.

En el otro extremo están las microempresas en donde los mecanismos de evaluación son mecanismos estadísticos. Pero no estamos haciendo lo mismo en la población de en medio, estamos ofreciéndole a estas empresas mecanismos estandarizados de financiamiento, pidiéndole garantías y comportamiento similares a los de las grandes empresas y las estamos metiendo en una situación complicada. Como no tienen realmente alternativas viables terminan aceptando esas condiciones subóptimas. Ese es el tipo de problemas que tenemos que arreglar.

En cuanto los bancos, ¿cuál es su actitud ante la necesidad de acoger esta tecnología que no lo están logrando? ¿por qué van lento?

—Nosotros no vemos que el sector financiero esté cerrado a estos temas, sino que está ansioso de encontrar mejores soluciones porque en todas las instituciones financieras las pymes son parte central de su estrategia de crecimiento. El tema es que no estamos en un nivel de evolución suficiente de estas nuevas tecnologías, por eso tenemos que trabajar todos en conjunto para implementarlas, más allá de que estas nuevas tecnologías requieren de una transformación y de un paradigma diferente de manejo de grandes volúmenes de información. Cuando uno mira las plataformas informáticas de los bancos de la región, uno va a encontrar que hay cuatro o cinco grandes proveedores de estas plataformas, y muchas de ellas tienen 20 y 30 años en el mercado, entonces cómo le haces para cambiar ese paradigma y sobre la base de una tecnología que todavía no está probada, por poner un ejemplo.

¿Nuestra región está atrasada en comparación con el resto del mundo?

—No, al contrario. En temas de plataforma móvil, nuestra región está bien, nos queda mucho trabajo que hacer en término de acceso al internet y a las plataformas móviles de información, pero yo no diría que la región está atrasada en términos de la infraestructura básica. El tema es la tecnología. La infraestructura está ahí, lo que nos falta es el siguiente paso.

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