El desarrollo y la innovación tecnológica están revolucionando el sistema financiero. Ni el banco, ni los pagos, ni los préstamos, ni nada de lo que los más grandes conocieron como soluciones monetarias existirá tal cual es en un futuro próximo. Y es que la industria fintech está demostrando que en sus manos está la banca del futuro y que, además, representa un terreno para emprender.
Para demostrarlo, la inversión en empresas de tecnología financiera ha crecido 201% de forma global en el año pasado, sostiene el estudio El futuro de la tecnología financiera y la banca desarrollado por Accenture. La suma global invertida asciende a 12 mil millones de dólares.
¿Quiénes son las empresas fintech y qué hacen? La palabra es una contracción de las palabras ‘financial’ y ‘technology’.
Bancomer —uno de los bancos que ha lanzado esfuerzos para apoyar a este tipo de compañías— en un texto dedicado a estas empresas y a la innovación que representan, las define así: “son empresas que prestan servicios financieros a través de la tecnología”.
Pero decir “servicios financieros” es muy amplio. El Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés) hace la primer clasificación de éstos en: seguros, pagos, depósitos y créditos, acceso a capital, gestión de inversiones y aprovisionamiento de mercado. En general, es muy amplia esta gama. “¿Y qué servicios (ofrecen estas empresas)? Aquí es donde entra en juego la creatividad del emprendedor y su visión sobre qué necesita el mercado. Pagos y transacciones, banca online, negociación de mercados, gestión de materias primas, financiación colectiva, desarrollo de sistemas de seguridad financiera, asesoramiento online, monederos digitales”, se explica en el texto de Bancomer.
Esta industria de alguna manera tiene de su lado a las preferencias de los consumidores y a las tendencias tecnológicas. Por ejemplo, siete de cada 10 prefieren ir al dentista primero antes de escuchar lo que dicen los bancos o 53% piensan que las ofertas bancarias son iguales entre sí, de acuerdo con lo encontrado por el Millennial Disruption Index.
A esta población joven —que resulta ser un gran volumen de la población actual— no sólo no le gusta ir a los bancos, sino que piensa que el acceso al dinero y a cómo pagamos las cosas hoy será muy diferente de aquí a tan sólo cinco años. Ellos ya están pensando en un futuro tecnológico e incluso 33% piensa que no necesita un banco en absoluto.
En cuanto a las tendencias tecnológicas, la penetración de internet crece a pasos agigantados en México. 51% de los potencialmente usuarios están conectados ya. Además, el tiempo de navegación también ha aumentado. En contraste, en lo que a la bancarización se refiere, México está atrasado. La inclusión financiera representa un importante reto ya que un bajo coeficiente de ésta se asocia con altos índices de pobreza, según ha reconocido el mismo gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
Así, estas empresas tienen un papel esencial en el futuro de la manera en la que conocemos los servicios bancarios hoy, sobre todo, en la forma en la que nos acercamos a éstos. Además, tienen la posibilidad de facilitar el acercamiento de las poblaciones a los servicios financieros. En un futuro, seguro que será impensable los servicios financieros sin tecnología.
“La innovación digital tiene el potencial para reducir el papel y la relevancia que tienen los bancos hoy y de manera simultánea, ayudan a crear servicios mejores, más rápidos y más baratos que las hacen una parte aún más esencial para la vida diaria de instituciones e individuos”, sostiene el análisis de Accenture.
Obstáculos
En México, una de las barreras a las que se enfrentan este tipo de compañías es la falta de educación financiera, ya que ante todo, prevalece la desconfianza. Pero aunado a esto, también se encuentra la falta de una legislación sobre el tema y el esfuerzo que se tiene que hacer en el camino de lograr una regulación adecuada para esta industria.
“La educación financiera no sólo es para las personas sino para quienes hacen la legislación porque se tiene que hacer un trabajo muy fuerte de cabildeo, porque cuando empiezan este tipo de servicios no siempre sale todo bien entonces las personas encargadas de legislar tiran todo el proceso de innovación tecnológica que se ha estado haciendo”, explica Daniel Lacy, encargado de selección y crecimiento de Endeavor.
Otra barrera a la que se enfrentan estas empresas es el que las instituciones bancarias, con las que la mayoría de las veces tienen que estar directamente en contacto, adopten este tipo de tecnologías para lograr una colaboración conjunta de manera más efectiva.
En el caso de Francisco Cordero, director general de Laudex (una fintech dedicada a ofrecer créditos educativos) , su barrera principal es el enlace con el Buró de Crédito para corroborar el historial crediticio de sus clientes: “Lo que falta es una visión más estratégica del Buró a apostarle, de saber hacia dónde va el mercado de fintech, modernizar sus plataformas”, explica Cordero. Ésta, es una necesidad repetida por emprendedores y especialistas: Los bancos necesitan abrirse a este tipo de tecnologías porque sin ellas no lograrán sobrevivir al futuro tecnológico que ya tenemos encima.