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noe.cruz@eluniversal.com.mx
Las empresas productivas del Estado Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE) dejaron de realizar inversiones destinadas a la construcción o conservación de obra pública y a la adquisición de bienes de capital, como maquinaria y equipo pesado, por un monto del orden de 57 mil 381.2 millones de pesos en los primeros seis meses del año.
En el caso de Pemex, la reducción en su gasto destinado a la inversión física representa recursos por 49 mil 33 millones de pesos, lo que resulta equivalente a la mitad del recorte presupuestal que la empresa petrolera sufrió, que fue de 100 mil millones de pesos.
Esta situación impacta a proveedores y contratistas de la empresa productiva de Estado.
La petrolera ya tenía previsto ajustar los presupuestos de los principales activos productores de petróleo crudo. En el caso del yacimiento de Cantarell, según el calendario de inversión original, se tenía contemplada una partida de 22 mil 575 millones de pesos para este año, monto que se redujo a 16 mil 508 millones de pesos, lo que significa que la derrama económica de este activo será menor en casi 6 mil 100 millones de pesos a lo largo del año.
Asimismo, el activo Ixtal-Manik tuvo una reducción en su presupuesto de mil 300 millones de pesos, en tanto que Crudo Ligero Marino dejó de ejercer la cantidad de 2 mil 585 millones de pesos.
Junto con el recorte previsto en otros yacimientos, la reducción explica en parte que la producción de petróleo crudo en el país sigue a la baja.
Resultado positivo. El director corporativo de Finanzas de Petróleos Mexicanos, Juan Pablo Newman, reconoció durante el último conference call que “este segundo trimestre de 2017 es el tercer trimestre consecutivo que se reporta un resultado neto positivo. Eso no había ocurrido desde 2006, cuando en ese entonces se producían en promedio 3.3 millones de barriles diarios (de petróleo), cifra 62% mayor al nivel de producción actual”.
Sin embargo, subrayó que el énfasis estratégico y prioritario que tiene la petrolera “está sobre todo en mejorar las eficiencias y la rentabilidad de la empresa, más que en alcanzar ciertos niveles volumétricos de producción. Ese es un cambio fundamental en la visión de negocios de Pemex, además de aprovechar las herramientas que nos permite la reforma energética”.
Por su parte, en la CFE el ajuste en el gasto de inversión física del primer semestre fue de 8 mil 347 millones de pesos.
Algunos de los proyectos eléctricos que han resentido el recorte al presupuesto y que redujeron su ritmo de inversión son la conversión a ciclo combinado de las unidades 1 y 2 de la termoeléctrica convencional Manzanillo I, que disminuyó de mil 494 millones de pesos de presupuesto original a mil 379 millones; la construcción y ampliación de líneas y subestaciones de distribución del Valle de México 2012-2014, que pasó de 3 mil 450 millones a mil 546 millones, y las adquisiciones de acometidas y medidores de distribución para el Valle de México 2014-2016, que se redujeron de 2 mil 471 millones a 984 millones de pesos, entre otros.
Afectación a construcción. Al respecto, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIV) señala en su reporte sobre el comportamiento de la industria que la caída de la inversión, sobre todo de las dos principales empresas productivas del Estado, afecta su desempeño.
En los primeros cinco meses del año 2017, la industria de la construcción registró una disminución acumulada de 0.2%.
En el Semáforo Económico Estatal de la Industria de la Construcción, la CMIC sostiene que 17 entidades federativas presentan negativos, sobre todo los que tienen vocación petrolera, como Campeche, cuya caída acumulada de actividad en el periodo enero-mayo es de 52.9%; Hidalgo, con reducción de 49.2%; Tabasco, con baja de 51.2; Tamaulipas, con diminución de 14.8%, y Veracruz, con un retroceso de 28.4%.
El organismo empresarial sostiene que, de continuar esta tendencia, el sector podría crecer en un rango de entre 1% a 0.5%, lo que permitiría crear 40 mil empleos en caso de presentarse un crecimiento o una reducción de 80 puestos de trabajo en caso de una caída, muy por debajo su potencial.
La cámara añade que el mal desempeño del subsector obras de ingeniería civil (obra pública) se ha convertido en un lastre para el despegue de la industria de la construcción, ya que desde abril de 2016 a abril de 2017 este tipo de trabajos suman 13 meses de caídas consecutivas, promediando un descenso de 12.1% en este periodo.
Por ello, la mayoría de las empresas presentan pérdidas contables en sus estados financieros, lo que ha provocado principalmente el desfasamiento del pago al cierre del ejercicio (diciembre), así como a la falta de oportunidades de trabajo regular en los últimos años.
Muchas de las empresas del sector “no cuentan con abundantes activos fijos ni con una gran estructura de personal, dado que estos elementos regularmente son contratados por proyecto”, destacó la cámara.