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A la par de Standard and Poor’s y Fitch Ratings, la agencia HR Ratings mejoró la perspectiva de calificación de México de negativa a estable.

Con esto, la firma ratificó la calificación de largo plazo de HR A- (G) y de corto plazo de HR2 (G) para la deuda soberana del país.

De acuerdo con HR Ratings, estos ajustes se basan en el buen desempeño de las finanzas públicas al cierre de 2016 y durante el primer semestre de 2017, periodos donde han mejorado las mediciones del balance financiero.

“Adicionalmente, la fuerte revaluación del peso ha ayudado a reducir significativamente el cociente de deuda al PIB. Aunque el superávit financiero observado durante el primer semestre fue impulsado por la contribución de los remanentes de operación del Banco de México, también influyó la reducción en el gasto programable y el incremento en los ingresos petroleros”, dijo la agencia.

Ante el ajuste en las perspectivas, para el cierre de 2017 HR Ratings estima que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, la medida más amplia de la deuda, caerá a 46.2% del PIB, contra 50.1% al cierre de 2016.

“El prudente manejo de las finanzas públicas ha reafirmado la capacidad de la política fiscal para reaccionar ante situaciones de estrés”, añadió.

Para HR Ratings la incertidumbre asociada al proceso electoral en 2018 y a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte puede procurar una depreciación del peso, aumentando en pesos el monto de la deuda denominado en dólares y poniendo en riesgo las estimaciones del cociente deuda a PIB.

“2018 será un año de contienda electoral y los mercados podrían reaccionar negativamente. Aunque en la opinión de HR Ratings será complicado que el proyecto de política económica cambie tras las elecciones, podría no haber una mayoría legislativa en el Congreso, complicando la factibilidad de implementar reformas estructurales significativas”, dijo la firma.

Destacó que la incertidumbre política en Estados Unidos con respecto a su capacidad para implementar reformas fiscales pone en riesgo su crecimiento de largo plazo, lo que puede debilitar la actividad económica.

“La nueva administración tampoco ha sido capaz de implementar una política económica significativa o aprobar reformas estructurales que permitan impulsar el crecimiento en ambos países. Las perspectivas de crecimiento económico de largo plazo de Estados Unidos se acercan a 2%, o aun más abajo. Si esto resultará ser cierto, pondría en riesgo la perspectiva de crecimiento para México de 2.45%”, añadió.

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