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tania.casasola@eluniversal.com.mx
Carlos Martínez fue víctima de fraude. Dio el Número de Identificación Personal (NIP) de su tarjeta bancaria tras recibir una llamada de una supuesta ejecutiva de Banamex. Perdió 30 mil pesos por compras que nunca hizo.
Martínez interpuso una de las 1.5 millones de quejas que se reportaron contra instituciones financieras por posible fraude durante el primer trimestre de 2017, de acuerdo con datos de la Condusef, dependencia que protege a quienes usen servicios financieros en México.
La supuesta empleada del banco que lo llamó le dijo que estaban por realizarle un cargo por un seguro de vida en su tarjeta de crédito y quería saber si él lo había contratado. Carlos molesto lo negó.
La presunta empleada del banco le respondió muy cordial: “Sentimos el inconveniente, le vamos a cancelar el cargo y le vamos a poner a su tarjeta un blindaje especial para que no le vuelvan a cargar seguros sin su consentimiento”.
Ella le pidió validar información como su nombre completo, dirección, el número de su tarjeta y fecha de vencimiento de su plástico. El menú grabado que escuchaba por el teléfono era el de Banamex, los procedimientos eran “normales”. Todo lo que la supuesta ejecutiva le dijo coincidía con sus datos. Carlos nunca desconfió.
Algo similar le sucedió a Haydee. Un presunto ejecutivo de alertas Bancomer sabía su nombre, apellidos y la terminación de su plástico, sólo que a ella le reportaban un cargo no reconocido en su tarjeta de débito.
El supuesto empleado bancario le llamó a Haydee para verificar si no había sufrido un robo o había extraviado su tarjeta, porque el banco identificaba una compra “inusual” de mil 900 pesos en una tienda de autoservicios.
La llamada, le aseguró el ejecutivo, era para confirmar la compra y liberar el pago. “Al no reconocer el cargo me indicaron que me transferirían al área de cargos no reconocidos. Me pusieron el mismo audio y todo el menú que usa Bancomer”, contó a EL UNIVERSAL.
Hasta ese momento nada la alertaba de un fraude. Luego, igual que a Carlos, le pidieron que ingresara los números de su tarjeta para darla de baja, porque había sido clonada, también que tecleara su NIP. Haydee sabía que algo andaba mal y de inmediato colgó.
“No pasaron ni dos segundos, en lo que buscaba el número de teléfono de Bancomer y ya me estaban marcando para decir que habían notado un error en la llamada”. De nuevo colgó.
Se puso en contacto con Bancomer, la empresa le informó que no la habían llamado y no tenía cargos “inusuales” en su tarjeta; le aseguraron que ellos no piden el NIP.
Haydee libró la estafa, pero Carlos no. Él sí dio el NIP de su tarjeta bancaria.
Por la noche, al llegar a casa después del trabajo, se lo contó a su hija, quien le aseguró que el banco jamás pide información confidencial como el NIP.
Carlos llamó al banco, le confirmaron que había sufrido un fraude y que los delincuentes habían realizado varias compras en línea por 30 mil pesos. Le cancelaron su plástico y actualmente sigue un proceso de reclamación apoyado por la Condusef.
¿Los bancos están coludidos?
El presidente de la Condusef, Mario Di Costanzo, aseguró que esta modalidad de fraude está catalogada como phishing telefónico.
Los delincuentes simulan ser empleados de alguna institución bancaria y buscan convencer a la gente mediante el engaño para proporcionar sus claves.
Al menos dos personas que trabajan en bancos aseguraron de manera confidencial que la venta de bases de datos es una práctica frecuente entre los empleados del sistema financiero; sin embargo, el titular de la Condusef aseguró que no hay evidencia contundente de que los empleados bancarios estén coludidos.
“Sería irresponsable hacer una afirmación así; sin embargo, los bancos son empresas, son negocios que no están exentos de que tengan malos elementos”, reconoció en entrevista.
Lo que es relevante, detalló, es que la gente debe tener muy claro que ninguna institución financiera está autorizada para pedir datos personales por teléfono o correo, la recomendación es que cuando se reciben este tipo de llamadas se marque al banco para verificar que hay un cargo real y no se trate de una llamada falsa, dijo el funcionario.
Si los delincuentes obtienen los datos es probable que hagan un retiro, compren algo en el comercio electrónico e incluso hasta saquen un crédito automotriz o hipotecario.
Problema en ascenso
Durante el primer trimestre de 2017, las reclamaciones a los bancos que operan en el país alcanzaron un total de 2 millones 60 mil, la cifra más alta registrada en los últimos tres años.
De ese número de quejas 1.5 millones estuvieron relacionadas con un posible fraude (10% más que el mismo periodo del año pasado).
Además, 579 mil 649 fueron quejas por servicio en comercio electrónico, cifra que represente un alza de 46%.
De acuerdo con el registro, 19 mil quejas fueron por posible robo de identidad, 18% más que en el primer trimestre del año pasado.
Resalta que 9 mil 519 fueron por el servicio en banca móvil, 75% superior al año pasado.
Los bancos con más reclamos de enero a marzo de 2017 son:
1. BBVA Bancomer: 653 mil quejas
2. CitiBanamex: 477 mil quejas
3. Santander: 352 mil quejas
4. Banorte: 184 mil quejas
5. Inbursa: 107 mil quejas
6. HSBC: 89 mil quejas
7. Banco Azteca: 67 mil 247 quejas
8. Scotiabank: 67 mil 038 quejas
Problema de largo tiempo
El robo de identidad es una situación desgastante para las víctimas. Son reclamaciones muy complejas que tardan tiempo, en el peor de los casos, hasta dos años, por lo que es importante que la gente acuda a la Condusef.
De acuerdo con Mario Di Costanzo, un crédito hipotecario es de los casos que lleva más tiempo en aclarar, pero en su mayoría son resoluciones favorables. Mientras que los consumos no reconocidos en tarjetas de crédito son los más difíciles de esclarecer, ya sea en caso de clonación, extravío de tarjeta o por proporcionar el NIP.
Recomendaciones de la Condusef
Para evitar problemas de este tipo, la comisión lanzó recomendaciones para los usuarios de servicios financieros: Monitorear las cuentas frecuentemente para evitar sorpresas como cargos no reconocidos; cambiar las contraseñas a menudo; crear un NIP que no sea fácil de adivinar y evitar fechas de nacimiento, números telefónicos o cualquier dato relacionado con la identidad; no abrir vínculos sospechosos y utilizar las aplicaciones oficiales de los bancos, y no utilizar computadoras o redes públicas al momento de realizar compras online.
Mario Di Costanzo reconoció que la tecnología evoluciona de manera muy rápida y delitos cibernéticos como el robo de identidad aumentan, por lo que es una de las mayores preocupaciones de la Condusef.
“Tenemos que estar al día, estar alertas ante nuevas acciones de los delincuentes y advertir a la gente”, reiteró Di Costanzo.
Lo que es un hecho, dijo, es que los delincuentes no le están ganando al sistema financiero, pues diariamente se hacen millones de operaciones y la mayoría se realizan con éxito.