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Los resultados obtenidos en la primera licitación de la Ronda 2, que reflejaron el desdén de los inversionistas por los yacimientos de gas, obligan a ver “al gas como un negocio diferente”, aseguró el comisionado de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), Héctor Moreira Rodríguez.
En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que el gobierno debe establecer como prioridad elevar la producción interna aun sin socios privados (nacionales o extranjeros) para no depender tanto de las importaciones desde Estados Unidos.
Explicó que como el gas no está en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, tienen permiso presidencial, corremos el riesgo de que “mañana nos puedan cerrar la llave”.
México es atractivo para los productores estadounidenses, porque además se les pagan precios por arriba del promedio que cobran en al menos dos de los tres medios de transporte.
Según datos a marzo de 2017 del Departamento de Energía y Comercio de ese país, el precio promedio del gas que salió de ese país vía barco fue de 4.46 dólares por millón de BTU. Sin embargo, México pagó 5.25 dólares.
El precio promedio del gas estadounidense que salió por camión fue de 8.63 dólares, mientras que los compradores mexicanos acordaron pagar 8.64 dólares.
Incluso se paga más por el gas que los canadienses, que son el segundo comprador más importante de Estados Unidos, dijo.
En 2016, el precio promedio de la molécula que exportaron vía ducto, y que es el mayor volumen, fue de 2.63 dólares, pero se pagó a 2.64 dólares por millón de BTU.
Ante ese panorama, el comisionado de la CNH recomendó establecer una política nacional para que se produzca más gas internamente.
Moreira Rodríguez habló de los resultados de la Ronda 2, donde cuatro de las cinco áreas contractuales que se declararon desiertas porque no se presentaron propuestas contienen gas.
El propio comisionado presidente de la CNH, Juan Carlos Zepeda, reconoció que el mayor interés de los inversionistas en esta licitación se centró en los campos productores de aceite ligero.
“Tuvimos gran interés en aceite ligero y dificultades en gas”, afirmó, toda vez que de los bloques ofertados con gas sólo uno se otorgó.
El desinterés, según el funcionario, tiene que ver con las condiciones del mercado, sobre todo los bajos precios del gas, cuya rentabilidad es baja.
Moreira detalló que en este caso los inversionistas están apostando por campos productores de petróleo crudo. “Ellos están haciendo su lógica empresarial, porque tienen más utilidades en los campos de aceite”, dijo.
“Una cosa es lo que las empresas quieren y otra muy diferente es lo que el país requiere. A nosotros nos conviene que se produzca más gas”.
En ese esquema en el que como país vamos a depender del gas una política nacional debe ser promover mayor producción de este combustible.
Lo que tenemos que hacer, añadió, es analizar cómo las áreas de gas se pueden volver más rentables. Estados Unidos ha logrado eso, afirmó, por lo que “tampoco significa que vamos a descubrir el agua tibia”.
Es cierto que el vecino país ha invertido mucho en investigación y ha bajado los costos de producción de gas, afirmó, y pese a que se ha caído el precio del petróleo no ha disminuido su producción de este hidrocarburo.
A diferencia de lo que pasa en ese país, donde se ha perforado más de un millón de pozos, en México debemos estar pensando en sacarle jugo a cuantiosas reservas que tenemos, añadió Moreira Rodríguez.
Dijo que mientras no se suba a la mesa de discusiones una política nacional de gas se seguirá viendo caer la producción nacional.
México llegó a producir 7 mil 19 millones de pies cúbicos diarios en 2009, incluyendo gas asociado y no asociado. En 2016, la producción apenas llegó a 5 mil 792 millones, lo que representa una caída de 17.4%.
En los primeros cinco meses y 11 días de junio de este año, la producción se ha reducido otro 1.4%.
La situación se complica todavía más por las proyecciones que tiene Pemex sobre la plataforma de producción para los próximos cinco años.
EL UNIVERSAL publicó el pasado 13 de junio que Pemex dejará de producir casi mil millones de pies cúbicos diarios entre 2017 y 2021, lo que podría ahondar la actual crisis de gas del país.