Más Información
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
“Vamos a dar apoyo a los pequeños agricultores por sequía en Sonora”; Claudia Sheinbaum instruye a Berdegué
Derrota de México en disputa por maíz transgénico contra EU; estos son los argumentos de Sheinbaum y AMLO para prohibirlo
Contar con una preparación académica no es garantía para encontrar trabajo en México debido a que la mayoría de los empleos que actualmente genera la economía no requieren de una alta calificación.
En abril pasado, cerca de 1.85 millones de personas estaban desempleadas, de las cuales 48% cuenta con un nivel de instrucción media superior y superior, de acuerdo con los datos más recientes de la ocupación y el empleo dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Adicionalmente, 33.7% de los desempleados a abril contaban con la secundaria, por lo que en conjunto, 81.7% de las personas que no encontraron trabajo tiene estudios de secundaria, preparatoria y profesional.
Esto tiene que ver en principio con el bajo crecimiento de la economía mexicana en los últimos años, debido a que implica la generación de menor riqueza o valor agregado, lo que se traduce en menor demanda de mano de obra calificada, explicó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
“El hecho de que México no haya logrado generar nuevos motores de crecimiento económico, que requieran mayor valor agregado, inhibe la demanda de personal más calificado, es decir, las personas que tienen más estudios o que tienen más certificaciones, y eso está afectando al país. Los empleos que se están generando actualmente son básicamente en maquiladoras o son de servicios de bajo valor agregado, como comercios, muchas veces en la informalidad”, dijo.
La tasa de informalidad laboral fue de 56.5% de la población ocupada en abril pasado, y a pesar de que fue inferior al registrado en el mes anterior (57%), todavía es un nivel elevado, sobre todo si se toma en cuenta que el perfil de los empleos que ofrece son poco productivos, por lo que no demanda mano de obra calificada.
Además, la gente con más estudios pide un mayor salario, y lo que se percibe en los últimos años es que gran parte de los empleos pagan entre uno y tres salarios mínimos. Pese a ello, y ante la necesidad de mantener a sus familias, muchas personas con estudios universitarios, e incluso con posgrados, realizan tareas vinculadas con una menor preparación.
Lo que vemos es que a pesar de que México pueda estar haciendo un gasto elevado en educación, de que existan escuelas universitarias y técnicas, eso no necesariamente implica que los egresados van a tener un impacto productivo de innovación en el país, porque acaban empleándose en labores más rutinarias, y ello limita los resultados que se esperan de los presupuestos para educación, dijo De la Cruz.
Destacó que el problema es más grave porque lo que ocurre es que el país desperdicia el bono demográfico, es decir, la generación de jóvenes que se están sumando al mercado laboral para iniciar su vida productiva y que además están educados.
“Es un problema social, económico y estructural grave el que estamos viviendo, porque al paso de algunos años estas personas, a pesar de haberse educado y de haber buscado un empleo en la parte joven de su vida, no tendrán un beneficio social de ello y para cuando sean mayores se va a traducir en una tensión y frustración porque no tendrán el equivalente a lo que requerían dado lo que invirtieron en educación”, afirmo De la Cruz.
Consideró que una forma de aprovechar la mano de obra calificada que ahora se encuentra en el desempleo es generando un mayor crecimiento a través de actividades productivas de mayor valor agregado que requieran trabajadores más calificados.
“Hoy adquirimos muchos insumos intermedios y bienes de capital del exterior, que son justamente las actividades productivas donde se requiere gente educada. En vez de hacerlo en México, lo estamos importando”, dijo.
Desocupación, en 3.6%. La tasa de desocupación, que se refiere al porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la encuesta pero manifestó su disposición para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener empleo, fue de 3.6% de la PEA a nivel nacional, tasa similar a la del mes precedente.
En su comparación anual, la tasa de desempleo se redujo en el cuarto mes de este año frente a la de igual mes del año pasado, cuando se ubicó en 3.9% de la PEA, con datos ajustados por estacionalidad.
La tasa de subocupación, referida al porcentaje de la población ocupada que tiene la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda, se ubicó en 7.2%. En su comparación anual, esta tasa fue superior a lo reportado un año antes (7.1%).