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Petróleos Mexicanos (Pemex) no logra encontrar mecanismos que ayuden a resolver la problemática del robo de combustibles.
Dos de las estrategias para reducir este delito: el uso de trazadores para marcar las gasolinas y transportar gasolina incompleta en ductos, fueron abandonadas en el corto plazo por costosas y por su inoperancia.
El uso de trazadores moleculares, que es una sustancia que se distingue de las demás y que permite identificar la diferencia entre la gasolina genuina y la adulterada, fue una medida anunciada en diciembre de 2013 por el entonces director de Pemex Refinación, Juan Bueno Torio.
El funcionario había detallado que Pemex “marcaría” las gasolinas Premium y Magna con “trazadores moleculares” para garantizar al público “que los combustibles que emplean en sus vehículos son genuinos y tener control de la venta y salida del producto de sus refinerías”.
Además, “permitirá localizar con mayor certidumbre los lugares en donde se distribuye gasolina pirata, pues los trazadores son una sustancia que se distingue de las demás y que permite identificar la diferencia entre gasolina genuina y adulterada”.
Bueno Torio daba un diagnóstico del robo de combustibles que se ha incrementado sustancialmente.
Sin embargo, en junio de 2005, el entonces subdirector Comercial de Pemex Refinación, Carlos Pani, anunció la cancelación definitiva del uso de los trazadores, debido a que “además de ser muy caros, jurídicamente no resultaron ser útiles para probar y sancionar en caso de detectar algún ilícito por parte de las estaciones de servicios”.
En aquel entonces, sostuvo que “el proyecto de los trazadores está cancelado, por acuerdo de la Secretaría de Hacienda junto con Pemex, porque no se ha encontrado la forma en que los trazadores sirvan como una herramienta con el soporte jurídico suficiente como para probar adulteración o robo, o lo que sea”.
El pasado 17 de abril, Carlos Murrieta Cummings, director de Pemex Transformación Industrial, informó que Pemex empezará a usar tecnologías internacionales como los “trazadores de gasolina” para erradicar el robo de combustibles, problemática que ocasiona al país pérdidas por más de 25 mil millones de pesos al año.
Dijo que la tecnología consiste en agregar al combustible un químico que no desaparece, con el cual se puede rastrear y combatir los robos.
Con esto, dijo, se garantiza que los combustibles que se distribuyen en las más de 11 mil 440 gasolineras del país no son de procedencia ilícita.
Petrolíferos sin terminar. Algo similar ocurrió el 17 de febrero de 2015, cuando Pemex anunció que en un intento por frenar el robo de combustibles a través de la red de ductos del país, dejaría de transportar por este medio petrolíferos terminados.
“Pemex transportará por sus ductos exclusivamente gasolinas y diesel aún no terminados, que en esta etapa no son aptos todavía para su uso en vehículos y plantas industriales”.
En adelante, detalló, la mezcla final de ese tipo de productos se realizará directamente en las 77 terminales de almacenamiento de la empresa en el país, previo a su entrega a vehículos automotrices e industrias.
Incluso, recomendó a los usuarios “asegurarse que los combustibles que se les suministre provengan de las terminales de Pemex, y no adquirir gasolina y diesel en instalaciones diferentes a las estaciones de servicio o distribuidores autorizados, porque al no estar concluido su proceso pueden dañar a los motores”.
Consultada al respecto, Pemex reveló que “el ejercicio de separar las gasolinas fue solamente una prueba y duró unos cuantos días”.