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Para Estados Unidos, lo “injusto” de tener una relación comercial con México no se limita sólo al déficit comercial por 63 mil millones de dólares en 2016, sino que hay barreras que afectan a productos agropecuarios y procedimientos aduaneros que alargan los tiempos para el cruce de mercancía, entre otras dificultades.

Si bien aplauden las reformas estructurales del país, advierten que hay algunos problemas con los cambios en materia energética y de la industria de telecomunicaciones.

En el reporte de Barreras en el Comercio Exterior del gobierno estadounidense, donde se dan a conocer las principales trabas que considera existen en el intercambio diario con México, detecta dificultades en el ámbito de requisitos sanitarios, los trámites administrativos y prácticas que se realizan en las aduanas, los obstáculos a la propiedad intelectual y que a pesar de la reforma, en el sector de las telecomunicaciones los inversionistas registran problemas.

Opinan que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Canadá, Estados Unidos y México eliminó de manera progresiva los aranceles y barreras no arancelarias y mejoró el acceso para servicios. Además estableció reglas a las inversiones y fortaleció los derechos de propiedad intelectual.

Sin embargo, opinan que las principales barreras que enfrentan están en la normatividad contra bebidas alcohólicas, porque en la Norma Oficial Mexicana se fijan límites máximos y mínimos, especificaciones técnicas y requisitos de etiquetado.

En alimentos agropecuarios afirman que México impone barreras a la entrada de papa fresca, a pesar de que hay un acuerdo de acceso desde 2003. Y se estableció en 2012 una hoja de requisitos zoosanitarios para la leche sin pasteurizar que dificulta la entrada del producto estadounidense al mercado mexicano.

De acuerdo con el reporte que elaboró la Oficina de Comercio de Estados Unidos, en materia energética advirtió que el gran problema es que la legislación pone restricciones para que los inversionistas extranjeros acudan a un arbitraje internacional para resolver las controversias.

Sobre los problemas en servicios de telecomunicación destacó que hay una “débil” agencia regulatoria, limitaciones a la inversión extranjera y un mercado con poca competencia.

“Algunas empresas estadounidenses han expresado su preocupación a que, contrario al espíritu de la reforma, las dificultades persisten para desarrollar la infraestructura necesaria para hacer más eficiente el servicio y brindar mayor seguridad. Para instalar infraestructura se necesita un permiso municipal y los criterios para otorgar esos permisos varían de gobierno en gobierno”, detalló.

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