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El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, espera que en las próximas dos semanas pueda mandar la carta de aviso de 90 días al Congreso estadounidense para empezar de manera oficial las negociaciones para la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Con suerte, en un par de semanas, vamos a emitir la carta de [aviso] de 90 días, lo que desencadena los inicios del proceso formal”, dijo Ross en conferencia de prensa, flanqueado por su homólogo mexicano, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Eso no significa, en palabras de Ross, que haya una “fecha concreta” para el inicio de las conversaciones. Sin embargo, el anuncio del envío de la misiva corrige al propio secretario estadounidense, quien el miércoles aseguró en una entrevista televisiva que esperaba que las negociaciones empezaran a finales de este año.
La Autorización para la Promoción del Comercio (TPA), “fast track”, es la medida que estipula que la administración de EU debe notificar al Congreso mediante una carta su intención de iniciar una negociación de carácter comercial con cualquier país, diálogo al que está autorizado tras 90 días de la emisión del aviso.
La nueva fecha se ajusta a la que el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, un día antes hizo en su visita a Washington, donde apuntó que México espera iniciar las conversaciones a finales de junio o principios de julio de 2017.
Ildefonso Guajardo recordó que México empezó su proceso de consultas en febrero, y estimó que el país podría “estar listo a finales de mayo”.
Todas las partes implicadas parecen concordar en la necesidad de actualizar el TLCAN, un “acuerdo muy viejo”, según Wilbur Ross, pero todavía no hay consenso en cómo hacerlo.
Mientras Ross se mostró cómodo tanto con dos acuerdos bilaterales “con provisiones simétricas” para México y Canadá o “un nuevo” tratado trilateral, Guajardo es más partidario de un acuerdo entre las tres partes. “El TLCAN es un tratado trilateral y tendría más sentido tener discusiones trilaterales”, señaló.
Asimismo, Estados Unidos aún no ha tomado una decisión sobre la idea de un impuesto de ajuste fronterizo.
Ross dijo que esperará a que “la propuesta se formule de forma completa” en la nueva ley fiscal en la que está trabajando la Cámara de Representantes estadounidense, y que se prevé que potencialmente incluya este provisión “clave”.
“La propuesta formal todavía no se ha hecho. Hasta que no veamos todos los detalles es muy difícil llegar a una conclusión”, concluyó.
El Partido Republicano ha propuesto en su nueva ley fiscal de EU un impuesto de ajuste fronterizo (BAT) que favorecería las exportaciones sobre las importaciones. La iniciativa se basa en la idea del presidente Donald Trump de castigar a las empresas que no producen en ese país pero, en cambio, quieren vender sus productos en territorio estadounidense, algo que cambiaría de forma radical el sistema impositivo para las compañías.
Según las primeras versiones, se propondría un impuesto de hasta 20% a las importaciones, mientras que las exportaciones dejarían de tributar.