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sara.cantera@eluniversal.com.mx
Independientemente de lo que ocurra con las armadoras estadounidenses como Ford, General Motors y Fiat Chrysler, la producción automotriz en México seguirá creciendo en el corto plazo, de acuerdo con un estudio de LMC Automotive.
La firma considera que la producción automotriz en México mantendrá su ritmo de crecimiento hasta 2020, para pasar de 19% del total de la producción en Norteamérica a 26%, independientemente de si se modifica el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Lo anterior, debido a que armadoras asiáticas y europeas como KIA, Nissan, Mazda, Honda, Toyota, Volkswagen, Audi y BMW incrementarán la oferta de vehículos en Estados Unidos (EU) fabricados en México, los cuales también se exportarán a otros países.
Óscar Silva, socio líder del Global Strategy Group de KPMG, explicó que las armadoras en EU están operando a su máxima capacidad y para ellas no es rentable abrir nuevas plantas para cubrir la demanda de vehículos, por los altos costos laborales, además de que tardarían de dos a tres años en construir más fábricas.
“EU es deficitario en su consumo de vehículos, es decir, consume más de lo que produce. El año pasado produjo 12 millones de autos y consumió 17 millones, y un millón los metió a inventario. Esto quiere decir que importaron 6 millones de vehículos, de los cuales 2 millones se importaron de México.
“Las plantas están a casi 100% de su capacidad instalada, lo que quiere decir que no tienen la capacidad para cubrir la demanda”, explicó la empresa.
LMC Automotive detalló que en 2020, VW incrementará de 32% a 40% la oferta de autos importados de México en EU, Mazda de 14% a 25%, Nissan de 22% a 25%, BMW de 0% a 18%, KIA de 1% a 14%, Toyota de 5% a 12% y Daimler de 0% a 5%.
El despacho de abogados Hogan Lovells agregó que los vehículos que se fabricarán en las nuevas plantas mexicanas como la Q5 de Audi, el Río de KIA, el Tiguan de VW, la Serie 3 de BMW, el Corolla de Toyota, e incluso autos de Ford como el Focus y la camioneta Terrain de General Motors, no se exportarán sólo a EU, sino a todo el mundo, por lo que seguramente la estimación de fabricar 5 millones de unidades en 2020 se cumplirá.
“Sin menospreciar la cancelación del proyecto de Ford en San Luis Potosí, me parece que hay más ruido que nueces, en el sentido de que no es la debacle de la industria, ni mucho menos, sino que hay una presión electoral que se siente más sobre las armadoras que son netamente de EU porque son proveedoras del gobierno federal estadounidense”, comentó Juan Francisco Torres-Landa, socio director de Hogan Lovells BSTL.
LMC Automotive apuntó en su análisis que los anuncios recientes de inversión de armadoras en EU y cancelaciones de inversiones en México parecen ser resultado directo de la presión del presidente Donald Trump, que durante su campaña prometió penalizar a las compañías por fabricar fuera de su país. “Sin embargo, muchas de esas decisiones estaban planeadas o se dieron debido a otros factores como una menor demanda de autos pequeños”, indicó la firma.
Hogan Lovells agregó que salvo la inversión de Ford en San Luis Potosí, las fábricas que se están construyendo de Nissan-Daimler, Toyota y BMW siguen en marcha, incluso las de motores y transmisiones de Ford en Chihuahua e Irapuato.
“Las armadoras piensan en el largo plazo, no piensan a cuatro años, si estas medidas [aplicación de aranceles] duran cuatro años, las armadoras están pensando a 10 o 12 años. No van a cambiar sus planes y México sigue siendo muy atractivo por los costos que maneja en relación con el precio de mano de obra”, aseguró el socio de KPMG.
KPMG agregó que si Estados Unidos comienza a fabricar vehículos en su país para su mercado local éstos pueden incrementar 15% su costo inmediatamente, precio que finalmente terminarían pagando los consumidores de esa nación.