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La decisión de suavizar los aumentos a los precios de las gasolinas no es por el impacto negativo de la inflación, sino por razones políticas relacionadas con las elecciones que habrá en algunos estados, algo que no le gustará a las calificadoras, dijo el especialista del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Raúl Feliz.

Durante la presentación de las Perspectivas Económicas 2017 y ¿Cómo nos afecta Trump? dijo que lo único que están haciendo con el tema de las gasolinas es postergar los efectos sobre los precios al consumidor.

“No seamos ingenuos, la razón por la cual no sube (el precio de gasolinas) no es por la inflación, las finanzas son un tema político; es decir, el precio de la gasolina tiene un impacto político devastador y como hay elecciones estatales en unos cuantos meses eso genera un incentivo para tratar de congelarlo y ponerla después de las elecciones; esa es básicamente la razón. Tiene un gran retorno político”, ponderó.

Feliz dijo no ser politólogo para saber si la medida está ligada al proceso electoral para renovar la gubernatura en el Estado de México, pero dijo que según la encuesta Mitofsky el alza a gasolinas costó 3 millones de votos al PRI.

Si se sigue manteniendo el no subir el precio de las gasolinas eso no les gustará a las calificadoras, advirtió porque será necesario recortar el gasto.

Estableció que si bien al gobierno federal le costó mil 200 millones de pesos no aumentar el precio a la gasolina por dos semanas, en un año serían 20 mil millones de pesos.

Al respecto, el profesor Fausto Hernández comentó que el no incremento al precio a los combustibles tuvo un impacto bajo en las finanzas públicas porque no hubo depreciación del tipo de cambio y alza de petroprecios.

Deuda y calificadoras. Del tema de la deuda, Raúl Feliz dijo que están estimando que llegará a representar 51% del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre de este año.

Con ese nivel es seguro que bajarán la calificación de riesgo al país sin perder grado de inversión, porque se necesitaría un superávit primario de 1% para mejorar y no de 0.4% o de 0.6% del PIB como pronostican autoridades.

Fausto Hernández coincidió al señalar que por los “déficits gemelos” que tocarán su pico en 2019, más el efecto Trump, se corre el riesgo de que bajen la calificación.

Lo anterior puede pasar si el gobierno no da señales de equilibrio en el balance público, pues hay un saldo negativo de las finanzas públicas insostenible y por el otro un déficit en cuenta corriente en el que desde 2014 la inversión extranjera se desaceleró.

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