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maria.saldana@eluniversal.com.mx
La firma aseguradora de riesgos Coface bajó la calificación de México de A4 a B, la nota más baja en 11 años.
La acción de la empresa francesa también implicó que el país perdiera la categoría de grado de inversión y que ahora se sitúe en el escaño de emergente o con alto riesgo de caer en impagos.
La nueva calificación de México sitúa al país en el mismo nivel de naciones como El Salvador, Ghana, República Dominicana, Serbia y Argentina, entre otros países. Y la ubica por debajo de Chile, con A3, y Colombia, Costa Rica, Panamá, Perú y Uruguay, que tienen nota A4.
La caída en la calificación se debió a que el riesgo de hacer negocios con empresas en México se ha incrementado, pues existe la posibilidad de que las compañías del país dejen de pagar las facturas.
El director de Coface en México y América Latina, Bart Pattyn, dijo que este riesgo puede significar que los impagos entre empresas suban a partir del verano en el país.
De acuerdo con el ranking de la firma, la mejor calificación es A1, seguida de A2, A3 y A4, todas estas agrupan a países con grado de inversión, es decir, son naciones solventes y estables para cumplir y pagar con sus compromisos financieros.
Después sigue B, que significa emergente; luego C, que se utiliza para países con problemas; continúa la D, que incorpora a las naciones con severos problemas de pago, y finalmente E, donde están las economías con problemas estructurales y en donde no se recomienda hacer negocios.
Coface califica el riesgo que hay para que las empresas hagan negocios en un país, muy diferente a la calificación soberana que hacen otras agencias, explicó Pattyn.
Deterioro en México. El CEO de Coface en América Latina expuso que los factores que determinaron la decisión de bajar la calificación de México fueron el deterioro estructural, la caída de las inversiones, las presiones sobre el sector exportador por la posibilidad de que cambien las políticas comerciales con Estados Unidos, el incremento en los precios de las gasolinas y los disturbios sociales.
En conjunto, explicó el directivo de la aseguradora, esos elementos generan un entorno complicado e incierto para el país.
“Cuando miramos la realidad de la economía mexicana, en este momento vemos que hay un deterioro estructural que va por varios lados. Hay grandes motores en México, uno es el gasto público y en los últimos meses hemos visto que la producción petrolera baja y por consiguiente el presupuesto, la parte de inversiones también se reduce. En la parte de exportaciones… la competitividad está bajo presión por el rumbo que tomará el país del norte”, detalló.
Añadió que hay incertidumbre por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, sobre todo por las acciones que pudieran tomarse contra los indocumentados, lo que puede derivar en un menor envío de remesas, lo que significa menor consumo porque muchas familias mexicanas pueden perder ingresos.
“A principios de 2017 nos encontramos en una situación bastante complicada para las empresas, por la incertidumbre, porque los indicadores económicos van a la baja.
Están las alzas a los precios de gasolina, la debilidad del peso mexicano y todo tiene como consecuencia un aumento de la inflación, y una inflación alta con bajo crecimiento es estanflación, una situación muy peligrosa para el país”, expuso.