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ruben.migueles@eluniversal.com.mx
La depreciación del peso frente al dólar en 2016 y lo que va de 2017 ha sido superior al registrado en los siete años anteriores, debido no sólo al triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, sino a problemas estructurales, como el menor flujo de dólares para cubrir las necesidades de la economía mexicana, advierten especialistas.
Del 31 de diciembre de 2008 al 31 de diciembre de 2015, la cotización del dólar al menudeo pasó de 13.90 pesos a 17.53 pesos, un incremento de 26.1%, en tanto que del cierre de 2015 al día de ayer, registró —en tan sólo 12 meses y 11 días— un alza de 26.4%, para terminar vendiéndose a 22.15 pesos en las ventanillas de los bancos.
Con ese nivel fijó un nuevo máximo histórico, aunque llegó a cotizarse en 22.25 pesos durante el día.
De acuerdo con expertos es complicado estimar hasta dónde puede llegar la divisa estadounidense.
“Aún puede depreciarse más [el peso] por todo lo agresivo que pueden ser las medidas de política económica que tome el nuevo gobierno de Estados Unidos hacia México”, comentó Adrián Muñiz, analista económico de Vector CB.
En su opinión hubo un cambio de estructura en la economía mexicana con el triunfo de Donald Trump.
“Antes de que ganara, podíamos hablar de un tipo de cambio de equilibrio de 17.50 pesos por dólar, pero estamos en una realidad diferente. Apenas tenemos dos meses de datos diarios después de que ganó, es muy poco el tiempo para identificar el nuevo nivel de equilibrio”, agregó.
“Más allá de la especulación contra la divisa mexicana, la incertidumbre que han generado las medidas concretas que puede anunciar el nuevo presidente, hay temas que sustentan ver el tipo de cambio en los niveles actuales, el techo estimado que traemos al cierre de año es de 23 pesos por dólar, y como se ve podemos llegar por encima en el primer semestre”, dijo César Elías, analista de Multiva.
Explicó que hay un problema en la balanza de pagos, que es un problema estructural para el tipo de cambio.
“El país tiene un déficit en cuenta corriente abultado, cercano a 30 mil millones de dólares. México es un importador neto de materias primas, compra más de lo que exporta de energéticos, la caída en los precios del crudo y en producción petrolera ha generado un faltante de dólares para la economía”, detalló.
Otras fragilidades. Los sectores sector público y privado se endeudaron después de la crisis de 2008-2009, lo que hace que paguen más intereses. En términos anuales, los pasivos suman 40 mil millones de dólares.
En este contexto, las posibilidades de que la calificación crediticia de México baje son elevadas.
A ese factor se suma la futura gestión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que en fechas recientes ha tenido injerencia en decisiones de inversión, como Ford, que va a dejar de invertir en México.
Elías anticipó que las presiones para el tipo de cambio van a seguir tras la toma de posesión de Trump, el 20 de enero. Para él son clave los primeros 100 días del gobierno porque puede definir las líneas más duras de su gobierno en materia comercial.