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maria.saldana@eluniversal.com.mx
México y Estados Unidos no deben entrar en una “guerra comercial” por un incremento de los aranceles, como propone el presidente electo estadounidense, Donald Trump, ni tampoco debe terminar con la exitosa historia bilateral entre ambos países, asegura la secretaria de Comercio de la Unión Americana, Penny Pritzker.
Comenta que romper la relación comercial no conviene a ninguna de las partes, por lo que no es bueno terminar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque sí pueden hacerse mejoras al tratarse de un acuerdo con casi 23 años de vigencia y ante el hecho de que los estadounidenses no van a participar en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).
La funcionaria afirma que sacar a Estados Unidos del TPP es darle espacio a China para que mantenga su estrategia de integración global sin América del Norte, con acuerdos y estándares comerciales bajos.
En entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL, asevera que el TLCAN no es algo que solamente represente un interés económico, porque también tiene implicaciones geopolíticas.
Niega que bajo la nueva administración estadounidense se vaya a tener una catástrofe porque existen líderes en el congreso de ese país que consideran que el libre comercio genera amplios beneficios.
Sin embargo, dice que dejar el TLCAN o imponer aranceles puede provocar un aumento del desempleo y afectar a 7 millones de trabajadores estadounidenses.
El presidente electo, Donald Trump y el vicepresidente electo, Mike Pence, dijeron que pueden poner todo los temas del TLCAN sobre la mesa y que no serán parte del TPP, ¿Eso sería un error para Estados Unidos?
—El presidente de México dijo que quieren expandir y mejorar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Hablamos de un acuerdo que tiene más de 22 años, casi 23, y las cosas han cambiado, tenemos internet, hay muchos desarrollos en temas comerciales desde que se sextuplicó el comercio. Hay muchas cosas que se pueden agendar, parece que de eso ha hablado el presidente de México.
Pero es de interés de los dos países tener comercio, eso es algo absolutamente cierto.
El futuro del comercio es de interés económico y geopolítico. Es parte de nuestra fuerza, la habilidad para hacer negocios a lo largo del mundo.
Eso además de dar fuerza, es para el beneficio y el bienestar de los estadounidenses. Así que no sé qué vaya a pasar con el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), hay muchas discusiones e hipótesis en torno a éste.
Pero no es bueno para Estados Unidos que haya una percepción de que se va a salir económicamente de Asia. Eso no es del mejor interés de EU.
China ha declarado su intención de impulsar acuerdos multilaterales en Asia Pacífico. Con estándares más bajos. Y quieren usar esos acuerdos comerciales en su estrategia para impulsar su visión económica asiática que no incluye a Estados Unidos y eso no es bueno para nuestro país. Lo importante es que veamos las oportunidades e impulsemos el comercio entre México y Estados Unidos.
¿Qué efectos se verán si Trump impone un arancel de 35%?
—Lanzar una guerra comercial no es bueno para el interés de ningún país. Si pones altos aranceles, los estudios como el de la calificadora Moodys aseguran que el empleo en Estados Unidos podrían disminuir en 7 millones y la tasa de desempleo 9.5%. Eso no es bueno para Estados Unidos. Tampoco es bueno para México porque sabemos que la fortaleza de la economía mexicana está ligada a la fuerza económica estadounidense.
Y eso no es bueno para los competidores americanos. Creo que hay muchas declaraciones y hay que esperar a ver qué se aplicará realmente.
¿Será una catástrofe el no tener libre comercio entre México y Estados Unidos?
—Los líderes del Congreso no están perdidos, saben que hay 11.6 millones de empleos que dependen de la exportación en Estados Unidos.
Los estadounidenses sólo representan 5% de los consumidores del mundo y saben que deben comerciar sus productos con el otro 95%. Y hay demanda para bienes y servicios.
Tenemos que esperar y ver qué políticas específicas se implementan por parte del próximo presidente.
Hay mucho temor en México...
—Reconozco mucho la ansiedad de todos, pero hay que ver los hechos y el momento que vivimos, sobre qué será lo que realmente se haga realidad.
¿Si como dice hay espacio para hacer ajustes al TLCAN, qué capítulos o temas deben considerarse?
—Hay capítulos que se consideraron en el TTP y que hacen falta en el TLCAN como el acuerdo laboral, estándares para protección ambiental, comercio electrónico, cómo empujar a las pequeñas y medianas empresas para que hagan más negocios. Así que todos esos son pequeños ejemplos. Hay parte del TPP que debe incluirse y que no fueron parte de TLCAN. Hay oportunidad para mejorarlo y eso es importante. Para ser honesta estamos saliendo del TPP y pensando en acuerdos multilaterales que se están haciendo en Asia-Pacífico, eso va a tener consecuencias significativas, al igual que para otros países que son parte del TPP. No debemos ignorar eso.
¿Qué perderán México y EU en caso de haber un cambio en la relación comercial con la llegada de una nueva administración?
—Es una historia de éxito la relación entre México y Estados Unidos. Las economías y la cadena de proveeduría están muy integradas, no es algo que se pueda desbaratar. He estado muy involucrada desde el inicio del Diálogo de alto nivel y hemos fijado como prioridad u objetivo el tener una plataforma flexible en la que podamos agenda cuestiones económicas estratégicas y eso se ha visto a lo largo de los años. En los últimos tres años y medio se ha visto el movimiento de personas y bienes, de cómo hacerlo más fácil, basados en los niveles de confiabilidad de las personas y empresas exportadoras.
Hay cooperación energética, se ha buscado diálogo, intercambio de datos, promoción de desarrollo transparente de los recursos energéticos.
Se habla también de emprendedurismo, hay mexicanos estudiando en Estados Unidos y viceversa, se busca una mejor gobernabilidad. Ese es el ambiente que tenemos actualmente.
No quiero hacer comentarios de las declaraciones del presidente electo, Donald Trump.
La relación México-Estados Unidos camina bien, hay un diálogo de alto nivel institucionalizado, en el que también los presidentes de empresas participan, hay negocios grandes, medianos y pequeños que hacen negocios. Esos son nuestros activos que enlazan a los dos países y que va a tener la siguiente administración.
El presidente Enrique Peña Nieto cree realmente en el libre comercio y en democracia. Él es optimista de la relación y creo que nuestro Presidente Electo quiere una buena relación con el país fronterizo.
Pareciera que la gente no siente beneficios del libre comercio
—Esto tiene que ver con una combinación de la globalización, automatización y digitalización, lo que hace que la gente tenga menos confianza, porque se ve más competencia ligada con el cambio en la manera de trabajar por más automatización de procesos. La digitalización es básica para ser exitoso y todo eso genera ansiedad.
La solución no es solamente aislarse. No es poner la tecnología en una caja. O revertir la globalización a niveles de hace 30 años. Se tiene que ayudar a la gente que vive en comunidades y que no ve oportunidades de trabajo, a quienes no ganan por esta nueva realidad. Son cosas que se tienen que atender y mostrarles que el no comerciar no es la solución.