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La inseguridad pública en México si bien no preocupa a los inversionistas, tiene un efecto sobre el crecimiento de la economía, aseguró Bank of America Merrill Lynch (BofAML).
“Hemos visto tasas de crecimiento menores con promedio de 2.5% en los últimos años y el consenso espera 2% para 2017; es difícil asignar el efecto pero las tasas de crecimiento antes de que se disparara la inseguridad eran altas; sin duda hay un efecto”, afirmó el economista en jefe de BofAML por México, Carlos Capistrán.
Durante la presentación de las Perspectivas Económicas de cierre de año y para 2017, explicó que en la lista de las preocupaciones de los inversionistas que lo consultan no sobresale la inseguridad; más bien son en torno a los efectos por la era Trump en Estados Unidos y el tema de las elecciones en México, sobre todo las de 2018 con el posible cambio de reglas de triunfar un candidato que eche atrás las reformas estructurales del país.
Explicó que si bien la inseguridad pública limita el crecimiento, hay una percepción de descontento social en la mayoría de la población a pesar de que el consumo interno crece, que puede estar relacionado con la depreciación del tipo de cambio.
“El consumidor compra porque tiene empleo y un salario, y hay inflación baja, pero ve las perspectivas mal, lo que habla de que hay un descontento social generalizado que quizá tenga que ver con la depreciación que nos remonta a la época de fuertes devaluaciones del peso cuando no había un esquema de libre flotación y la economía era cerrada”, enfatizó.
Efecto AMLO. En el tema de las elecciones en México, estableció que la inquietud que le han expresado los inversionistas por el riesgo de que haya nuevas reglas del juego en caso de que gane un candidato que no sea del partido en el poder, matizó que es importante tomar en cuenta que se necesita tener mayoría en el Congreso.
Comentó que los inversionistas le preguntan mucho del efecto de las elecciones en el sentido de comicios para renovar gubernaturas en 2017 y para las presidenciales en 2018.
“Por supuesto que me preguntan por López Obrador, los inversionistas que vienen a México son muy sofisticados, están pendientes de todo lo que sucede en el ámbito político; sí hay preguntas sobre si podría ganar; pero los cambios que podrían darse quizá no pasen porque son reformas a la Constitución”, puntualizó.
Sorpresa positiva. Más adelante, Capistrán consideró que es muy factible que la Secretaría de Hacienda nos pueda dar una “sorpresa positiva” en cuanto a que puede reducir más de lo esperado el déficit público.
Ello debido al remanente de operación que recibirá en 2017 por el Banco de México, el cual estimó puede ser de 2% del Producto Interno Bruto (PIB), frente al 1.2% que entregó este año.
Por eso consideró que más que pensar en un plan “B”, lo que el gobierno estaría trabajando es para cuando asuma el gobierno Donald Trump en Estados Unidos, con los cambios que se puedan dar en materia de intercambio comercial bajo el Tratado de Libre Comercio y los diferentes escenarios acorde a la nueva realidad, como el sector energético mexicano que no estaba abierto a la participación de la IP cuando se negoció.