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Uno de los temas más mencionados desde inicios del milenio ha sido el de la energía; la consultoría Frost & Sullivan incluye al sector energético como una de las mega tendencias mundiales que, junto con la conectividad, movilidad e infraestructura van a transformar por completo la economía para 2025.
La concientización sobre energías renovables es importante debido a las condiciones que afectan al cambio climático, pero también para generar desarrollo económico y aumentar el acceso de energía a millones de personas que no cuentan con el servicio de forma eficiente.
De acuerdo con el Reporte de la Situación Mundial de las Energías Renovables 2015, en los países en desarrollo los sistemas de generación distribuida de energía (generación de energía eléctrica por medio de numerosas fuentes de energía) ofrecen la oportunidad sin precedentes de acelerar la transición a servicios modernos de energía. Este es el caso de México que cuenta con grandes recursos como el eólico, solar, geotérmico e hídrico.
A pesar del potencial de México, actualmente el país utiliza sólo 7% de su capacidad total para generar energías limpias. ProMéxico, fideicomiso del gobierno de México que promueve el comercio y la inversión internacional, reporta que la generación de energías alternativas en México representa poco más de 20% del total de energía producida mientras que en otros países como Noruega representa 65%, en Suecia 52% e incluso en Costa Rica 33%.
En nuestro país el uso de energías renovables es impulsado por la Ley General de Cambio Climático y a través de las Leyes Secundarias de la reforma energética.
El objetivo de la Ley General es regular las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero para lograr estabilizar las concentraciones en la atmósfera a un nivel que impida interrupciones peligrosas en el sistema climático. Una de las metas consiste en reducir para el año 2020 el 30% de las emisiones, con respecto de las emitidas en 2000. En la reforma energética se estipula la obligación de tener un porcentaje mínimo de energías limpias, con lo cual se prevé que para 2024 el 35% de la generación de energías deberá provenir de fuentes no fósiles.
De acuerdo con el reporte de la organización global REN21, en los países en vías de desarrollo las mayores barreras para impulsar este sector fueron no contar con el financiamiento o con el equipo necesario para el uso de este tipo de energía.
Esto no refleja la situación de México donde de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas se ha invertido más de 2 mil 100 millones de dólares en proyectos de energías renovables. A pesar de que hay un claro avance en planeación, los avances en materia ambiental se han retrasado en parte a que en junio del año en curso el Senado no aprobó la ley de Transición Energética que contenía lo lineamientos sobre como impulsar energías renovables.
En una encuesta realizada por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México, 48% de los mexicanos encuestados considera que la reforma energética en México no considera el impulso de energías limpias y 60% opina que considerando que México tiene todas las características y recursos para desarrollar proyectos sustentables, lo que falta es voluntad política para implementarlos.
Ante esta situación incertidumbre en el mercado energético, se puede dificultar llegar al escenario descrito en el Plan Integral para el desarrollo de las Energías Renovables en México 2013-2018 realizado por la consultoría PWC. En este reporte se estima que si se instalasen más de 18 mil MW renovables en 2018, se generarían nuevas inversiones por parte del sector privado.
Este escenario provocaría un incremento del PIB de cerca de 230 mil millones de pesos, generando alrededor de 147 mil empleos.
En términos medioambientales su aprovechamiento situaría la participación de las energías limpias en 29% de la capacidad total de generación energética.
El gobierno federal eligió como uno de sus pilares clave la reforma energética, sin embargo, esta reforma únicamente contempla una ley sobre energías renovables.
Debido a los recursos naturales del país, el interés del mercado en energías alternativas y sobre todo a la situación actual de los combustibles fósiles; es necesario que el gobierno defina los escenarios posibles de desarrollo, pero, sobre todo defina y lleve a cabo las acciones necesarias para el impulso del sector.
Gerente del Centro de Opinión Pública UVM