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El tema del incremento del salario mínimo es delicado, debido a que tiene implicaciones positivas y negativas, destacó James Salazar, analista económico de CI Banco.
En cuanto a los factores favorables, “estaríamos hablando de una recuperación importante en el poder adquisitivo de alrededor de 10% de los trabajadores, quienes ganan el salario mínimo”. Esto también traería beneficios a través de un mayor consumo, pero en términos de productividad, las mejoras no han sido tan reales.
Además, dijo, tendría implicaciones negativas para las empresas, sobre todo en 2017, año en que la incertidumbre va a estar presente sobre todo por la entrada en funciones del nuevo gobierno de Estados Unidos.
“Si a esto se suma este incremento en los costos laborales, es muy probable que vayan a enfrentar dificultades”, consideró Salazar.
Este miércoles, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) propuso aumentar el salario mínimo general del país de 73.04 pesos a 89.35 pesos en un plazo no mayor a 12 meses. El planteamiento obliga a hacer una evaluación compleja, reconoció Salazar, pues no hay un nivel óptimo de hasta dónde se podría subir el salario mínimo.
“Considero los ajustes ligados a la inflación positivos, si bien no necesariamente para los trabajadores, si para el conjunto de la economía, era lo más eficiente”, afirmó. “Las empresas no me parece que estén en condiciones de realizar este ajuste”, agregó.
El incremento en materia de costo laboral es probable que también lo tengan que absorber las empresas. “Un alza ahora al salario mínimo vendría a complicar la situación de las empresas”, opinó Salazar.
La Confederación de Trabajadores de México (CTM) destacó que es positivo que la Coparmex haya propuesto un salario mínimo de 89.35 pesos, aunque consideró que debe ser de 100 pesos diarios, como lo planteó a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. Carlos Aceves del Olmo, dirigente de esa confederación, subrayó que el aumento no será inflacionario.