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La gran revolución fiscal que prometió en campaña el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tiene muchas posibilidades de ser una realidad porque los republicanos tienen la mayoría en el Congreso, consideró el líder mundial del área de precios de transferencia de KPMG, Sean Foley.

“Desde el punto de vista fiscal, KPMG considera que todo lo referente a la reforma fiscal y especialmente la corporativa ahora son más estrictos y más intensos, tomando en cuenta el resultado de la elección”, afirmó.

En una reunión con medios para hablar de la erosión de la base fiscal y el traslado de beneficios (Beps, por sus siglas en inglés), el plan antievasión de la OCDE respaldado por el G20, y sus implicaciones en México en un contexto global, el fiscalista dijo que hay que esperar al próximo año para tener más información, pero lo más probable es que ocurra.

“Les estamos diciendo a nuestros clientes que esperamos que a principios de 2017 tengamos información de qué tan factible será positivo el resultado con respecto a la reforma fiscal y desde luego los parámetros que incluya, pero desde este momento y hasta 2017 sería sumamente especulativo, creo que se dará”, comentó.

Con respecto a la reforma adecuada, mencionó que en algunos lugares hay un amplio consenso sobre cómo se pueden distribuir los impuestos en EU, pero están en espera a ver exactamente cómo se va a dar.

Donald Trump ofreció rebajar la tasa impositiva a 15% para las empresas, desde 35% en que se encuentra; a las personas físicas prometió tener sólo tres niveles de los siete con los que se calcula el gravamen hoy y reducir la tasa máxima de 39% a 33%. También prometió dar un incentivo para que las empresas puedan repatriar los capitales que tienen en el extranjero.

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