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Los empresarios del país consideraron que “gane quien gane” las elecciones presidenciales en Estados Unidos, es necesario que México replantee y recomponga la relación con la Unión Americana, a través de una fuerte red de cabildeo a todos los niveles y proponga una agenda para abrir una nueva era en la relación bilateral.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, dijo que mientras los empresarios contemplan enviar una misiva al nuevo gobierno estadounidense en diciembre próximo para continuar el diálogo; la agenda bilateral deberá tomar en cuenta los temas de economía, seguridad, migrantes y la frontera.
En el documento semanal La Voz del CCE, el líder dijo que “una vez que se disipe la turbulencia que provocaron las campañas, tras tanta desinformación, errores de juicio, percepciones muy difundidas en la población estadounidense que estaban latentes y han emergido, habrá que replantear y recomponer en gran medida la relación con Estados Unidos, sin importar quién gane.”
Dijo que hay riesgos reales que no se pueden menospreciar y ante los cuales hay que tomar previsiones y precauciones; estar preparados, aunque afortunadamente las tendencias no apuntan hacia los escenarios más adversos.
Castañón mencionó que es necesaria una planeación estratégica, con prioridades claras, desafíos a superar y acciones a realizar en cuanto a la relación con Estados Unidos, que incluyan un plan B para escenarios como el que generaría una mayor inclinación de parte de ellos hacia el proteccionismo y la implementación de medidas unilaterales.
Agregó que en caso de resultar ganadora la fórmula demócrata encabezada por la candidata Hillary Clinton, hay incógnitas y retos muy importantes, que se deben ponderar.
“No puede desdeñarse el peso de las millones de personas que apoyan a su adversario, y a los cuales también deberá gobernar y tomar en cuenta, para ir subsanando la gran división que se aprecia en la sociedad estadounidense”, señaló al respecto.
Recordó que la candidata y muchos demócratas, al igual que partidarios del republicano Donald Trump, han manifestado serios reparos a la ratificación del Acuerdo Transpacífico (TPP), y al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En ese sentido, aseveró que México debería tomar la iniciativa y proponer al próximo gobierno estadounidense una agenda bilateral robusta, visionaria e integral, que abra una nueva era en la relación.
Señaló que por parte de empresarios mexicanos y norteamericanos se emitirá una carta a la nueva presidencia de Estados Unidos, donde se pondere la necesidad de continuar en el diálogo, y se busquen las sinergias en políticas públicas, para trabajar en conjunto por la competitividad regional hacia el mundo.
“Ya hemos jugado un rol proactivo en esta línea, con el Tratado de Libre Comercio. Los tiempos exigen que volvamos a asumirlo, de cara a los problemas y oportunidades que afrontamos y sobre todo a los puntos de convergencia donde hay oportunidades en los intereses que representan a Estados Unidos y México”.
Agregó que la nueva agenda bilateral necesariamente debe considerar cuatro prioridades elementales: la economía, la seguridad, los migrantes y la frontera.
En materia de seguridad, México está en lucha contra la delincuencia, asumiendo costos muy grandes, se requiere de una mayor corresponsabilidad: una mayor coordinación, con un compromiso a la altura de ambas naciones, destacó.
Además mencionó que debe haber una responsabilidad conjunta para detener el contrabando de armas, atajar el lavado de dinero con más controles y vigilar la exportación de precursores químicos.
En el ámbito de la migración, persiste el problema de millones de familias que viven en una condición jurídica, económica y social precaria y, en muchos casos, trágica, agregó.
Estableció que México no puede evadir la responsabilidad de velar por los derechos humanos de sus connacionales, dondequiera que se encuentren, al igual que asegurar las mismas garantías a quienes vienen al país o están en tránsito, como los migrantes centroamericanos.
“La perspectiva de la frontera norte debe ser un elemento central de nuestra proyección de nación. Comprende 81 municipios en los que viven cerca de 17 millones de mexicanos, y aportan casi el 24 por ciento del (Producto Interno Bruto) PIB nacional. Ahí se decidirá gran parte del futuro”, aportó.
Castañón aseveró que urge una política económica, social y de seguridad integral de mayor alcance que involucre y comprometa a los seis estados fronterizos, sus municipios y la Federación, así como a los vecinos del norte, en una relación ganar-ganar para tomar decisiones en conjunto.
En materia económica, el TLCAN fue uno de los puntos de inflexión que a 23 años de su entrada en vigor, ha triplicado el comercio de los tres países miembros. “Sin embargo, es momento de llevarlo a una nueva fase de desarrollo. La implementación de todas sus cláusulas se completó en el 2008 y el contexto mundial ha cambiado dramáticamente”, dijo.
Explicó que es necesario llevar la relación a planos más profundos: de la integración comercial a la productiva, contemplando factores como clusters regionales, infraestructura, telecomunicaciones, integración en energía, regulaciones y prácticas económicas sustentables.
Se trata de aprovechar las complementariedades, combinar las ventajas comparativas y reforzar la competitividad conjunta. Estados Unidos necesita dar un impulso decidido a sus exportaciones y México es su mejor aliado en esta tarea.
Aclaró que se debe garantizar que la legislación de transporte no afecte la eficiencia en el tráfico comercial, así como, facilitar los trámites aduanales y, en general, el cruce fronterizo terrestre, por el que pasa el 80 por ciento del comercio bilateral, que por cierto supera los mil millones de dólares diarios.
Desde ambos lados de la frontera se debe tener una relación más intensa, diversificada y delicada. Hoy más que nunca, a México le conviene que le vaya bien a los Estados Unidos y a ellos les conviene que nos vaya bien a los mexicanos, concluyó.
tcm