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Hoy se cumplen ocho años de que Lehman Brothers se declaró en bancarrota, hecho que desató la crisis económica mundial más larga y de mayor profundidad en los últimos 80 años, y de la cual todavía hay secuelas.

Economistas reconocidos coinciden en la necesidad de instrumentar una política fiscal eficaz en Estados Unidos y otras regiones del mundo, para así incentivar una recuperación económica más vigorosa, pues los apoyos monetarios están perdiendo margen de estímulo.

Lehman Brothers, que llegó a ser el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos, patrocinó la mayor quiebra de la historia hasta el momento, que dio lugar a un fuerte incremento de la percepción de riesgo global y puso al sistema financiero internacional al borde del colapso.

Los flujos de capital a economías emergentes se contrajeron de manera pronunciada, afectando los tipos de cambio y los mercados accionarios y de deuda.

El índice S&P de Nueva York se desplomó 38% ese año, la bolsa de Frankfurt se hundió 40%, la de Londres se venció 31% y la de Tokio 42%.

En este contexto, las bolsas de países emergentes mostraron pérdidas aún mayores que en economías avanzadas, de 72% en Moscú, de 70% en Shanghai y de 58% en Bombay.

En América Latina, las caídas fueron de 50% en Buenos Aires, de 41% en Sao Paulo y de 24% en México.

La economía global ha crecido 3.5% en los cinco años posteriores a 2010, aún debajo del ritmo de 4.6% registrado en el lustro previo a la crisis.

En diversas oportunidades, Paul Krugman, Premio Nobel de Economía en 2008, ha propuesto una política fiscal en Estados Unidos que logre estimular a la economía familiar mediante mayor gasto del gobierno.

En un evento del FMI, Joseph Stig- litz, Nobel de Economía en 2001, dijo que la política fiscal cobra relevancia después de la crisis, pues mayor gasto público puede estimular a la economía en un contexto en que las tasas de interés se sitúan cerca de 0%.

Política fiscal eficaz, antídoto para secuelas de crisis de 2008
Política fiscal eficaz, antídoto para secuelas de crisis de 2008

“Una de las enseñanzas muy claras que dejó la crisis financiera mundial fue que la política fiscal funciona; que cuando la economía es débil, el gasto público puede estimular a la economía”, expresó el experto.

En tanto, Olivier Blanchard, ex economista en jefe del Fondo Monetario Internacional, opina que la crisis puso de nuevo a la política fiscal en el centro del escenario como una herramienta macroeconómica.

En el libro titulado “repensar la política macroeconómica”, que publicó después de la crisis, expone que en la medida que la política monetaria llega a sus límites, los diseñadores de políticas no tienen más opción que confiar en la política fiscal.

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