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La industria restaurantera ha registrado un crecimiento moderado de apenas 2% en lo que va de 2016, la mitad del ritmo al que se expandió en 2007, el mejor año del sector, dijo el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Hugo Vela.
Ese desempeño se debe a factores como la reforma fiscal que impide la deducibilidad total del consumo en restaurantes, la volatilidad del tipo de cambio, las alzas en precios de energéticos y, a últimas fechas, los bloqueos y movilizaciones magisteriales en el Sur y Sureste del país.
En entrevista con EL UNIVERSAL, aseveró que se vive una situación difícil por las protestas de la CNTE, pues los negocios oaxaqueños registran una baja de ventas de 90%, mientras en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, la caída es de 70%, y en Michoacán la contracción es de 40%.
Además, 40% de los restaurantes en Oaxaca y en las zonas más conflictivas de Chiapas se tuvo que recurrir a los paros técnicos.
“No se puede vender, y cuando se puede no hay insumos necesarios para atender a los clientes. Es una combinación de los dos problemas, porque los bloqueos evitan que los clientes lleguen y hay falta de suministros cuando llegan”, advirtió Vela Reyna.
Rechazó que, como dice la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se trate de afectaciones a las grandes empresas, ya que los más afectados son micro, pequeños y medianos negocios. En Oaxaca y Chiapas, 90% de los afectados se ubican en ese segmento.
Además, los empleados son parte del eslabón más frágil de la cadena, pues los meseros dependen fuertemente de las propinas y, al no haber ventas, sus ingresos se reducen y no pueden llevar el sustento necesario a sus hogares.
Con la situación en el sur del país, el crecimiento de la industria restaurantera se ubicará en el presente año en 2%, abajo de la tasa de 3% de 2012, y lejos del nivel de 4% que se alcanzó en 2007, el mejor año del sector.
Además de las movilizaciones magisteriales, los restauranteros enfrentan problemas como el hecho que con la reforma fiscal no hay deducibilidad total del consumo en restaurantes.
Otro factor es la paridad peso-dólar, que afecta a algunos restaurantes, como los de franquicias que traen productos importados y cuyo margen de ganancias disminuyó. Además, el aumento de precios por la depreciación del peso, restó liquidez a comensales.
“Andamos con crecimientos moderados porque la industria restaurantera depende del dinero que tenga disponible el consumidor en la bolsa. Y, cuando se depende del efectivo disponible cuando hay factores como el tipo de cambio, hay menos dinero en los bolsillos”, agregó.
Sin embargo, hay zonas en las que el crecimiento de la industria es más ágil, como en el centro del país, Bajío, Península de Yucatán, Cancún, Riviera Maya, Los Cabos y Puerto Vallarta.
Vela Reyna expuso que los aumentos a los precios de la energía eléctrica y a las gasolinas impactan a las empresas del sector, porque los distribuidores de insumos realizana alzas en precios.
“Sin duda afecta, porque todos esos costos repercuten en la distribución de mercancías y en los precios. Tenemos preocupación por la inflación y gastos indirectos, sobre todo porque al no crecer el mercado en forma dinámica, a los restauranteros les es difícil repercutir alzas a clientes”, agregó.
Sobre los aciertos y pendientes del gobierno federal en el contexto del IV Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, dijo que hay estabilidad macroeconómica que hace menos vulnerable al país respecto a factores externos, aunque hay inquietud sobre los niveles de deuda.