La economía mexicana registró una contracción trimestral de entre 0.2% y 0.3% durante el periodo abril-junio de 2016, estimaron analistas.
Hoy, el Inegi da a conocer el dato oficial del Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo trimestre, que de acuerdo con el consenso de mercado, se espera un crecimiento a tasa anual de 2.3%.
Una vez que el instituto dé a conocer el dato, esto en punto de las 8 horas, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través del subsecretario del ramo, Fernando Aportela, va a informar al mediodía si mantiene o modifica su actual proyección.
El gobierno federal tiene hasta el momento un pronóstico que va de 2.2% a 3.2%, pero debido a los datos esperados por el mercado, se prevé que ese intervalo se modifique a la baja.
La más reciente encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, que recaba el Banco de México, reveló que el consenso anticipa un crecimiento del PIB de 2.3%, prácticamente la parte baja del rango que maneja Hacienda.
El área de análisis de BBVA Bancomer detalla que la contracción trimestral del PIB se deriva de un menor dinamismo en inversión pública y privada, así como del consumo público.
“La contracción trimestral de 0.3% del PIB en el segundo trimestre de 2016 en gran medida se debe a la caída de los rubros del gasto público y al desfavorable desempeño trimestral de la inversión fija en el sector privado.
La institución financiera reveló en el análisis que el crecimiento del consumo privado y la disminución de las importaciones no compensan la contracción de las demás variables de la demanda final, lo cual explica la contracción trimestral del PIB.
El área de análisis económico de Banorte-Ixe calcula que la contracción trimestral del PIB va a ser de 0.2% entre abril y junio.
“Consideramos que el menor dinamismo que presentó a la industria manufacturera va a tener un impacto negativo sobre otros servicios asociados a dicho sector, como el transporte”.
Banorte-Ixe consideró en el análisis que el sector de la construcción también fue otro componente con un menor dinamismo, particularmente por la menor edificación no residencial.
Un elemento más que impidió un avance más acelerado en la economía fue la recesión que atraviesa la producción minera, generada por la caída en la producción petrolera.