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La reciente recuperación de los precios del petróleo no debe ser motivo de respiro para los países exportadores de crudo porque no se debe a un cambio de tendencia en el mercado, advirtió el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El repunte tuvo que ver con el incendio en Alberta, Canadá y las diferencias entre Arabia Saudita e Irán.
Además hay que tomar en cuenta que algunos países deben cumplir con compromisos contraídos en materia de cambio climático, lo que hace pensar que “los días felices no están aquí otra vez”, consideró el editor adjunto del departamento de Investigaciones del BID, John Dunn.
Dijo que ante factores temporales, los países que dependen de este recurso, deben diversificar sus economías, amortiguar los efectos de las fluctuaciones de los commodities y de otras condiciones macroeconómicas, y mantener la estabilidad fiscal sin sacrificar el esfuerzo por lograr los objetivos de las políticas sociales.
Expuso que el incendio forestal en Fort McMurray, en la provincia canadiense de Alberta, fue de tal magnitud que cubrió un área mayor del tamaño de algunas de las ciudades más grandes del mundo. Esto obligó a desalojar a más de 80 mil personas y a que empresas petroleras suspendieran sus operaciones en los campos de arenas petrolíferas de la región.
Es decir que una producción de petróleo de cerca de un millón de barriles diarios no pudo llegar a las refinerías y, por lo tanto, fuera del mercado por algún tiempo.
Hizo ver que una vez que se restablezca la situación, la producción de las arenas petrolíferas va a reiniciar y se suma a la oferta mundial, y esto va a reducir el precio.
Otro factor que mencionó fue que hace poco se rompieron las conversaciones multinacionales de Doha, que tenían como fin limitar la producción y elevar el precio.
Alertó que cuando las reservas son abundantes, otros factores amenazan con debilitar la demanda a largo plazo como los cambios tecnológicos, porque elevan la eficiencia energética de vehículos y otras maquinarias.