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Luego de tres meses consecutivos a la baja, la confianza de los consumidores tuvo una ligera recuperación en mayo, debido a una mejor percepción sobre la situación económica actual y futura de los hogares y su capacidad para adquirir bienes durables.

El índice de confianza del consumidor registró un aumento mensual de 0.9% con base en cifras ajustadas por estacionalidad; sin embargo, la variación anual continuó su mala racha por cuarto mes consecutivo, con una tasa negativa de 1.3%, de acuerdo con datos del Inegi y del Banco de México (Banxico).

A su interior, se reportaron incrementos mensuales con cifras ajustadas por estacionalidad en los componentes relativos a la percepción sobre la situación económica actual y esperada de los miembros del hogar, a la situación económica futura del país y a la posibilidad actual por parte de los miembros del hogar para efectuar compras de bienes durables.

En contraste, el rubro que evalúa la perspectiva sobre la situación económica actual del país presentó una disminución.

Los consumidores parecen más preocupados por un deterioro de la economía nacional, que por sus finanzas particulares, dijo Joan Domene, analista económico de Invex.

El especialista consideró que la incertidumbre que rodea la economía nacional y la presión que ejerce la crisis petrolera sobre las finanzas públicas se mantienen como los principales lastres sobre la confianza de los consumidores del país.

Sin embargo, espera una lenta recuperación de la confianza debido al mejor dinamismo del mercado laboral y bajas tasas de inflación, que seguirán apoyando el consumo.

Se observa una ruptura en la correlación que sostenía el índice de confianza del consumidor con el consumo privado en México, posible consecuencia del menor peso que tienen las perspectivas del país sobre las decisiones de compra, explicó Pamela Díaz, analista económica de Ve por Más.

La ruptura en dicha correlación no debe traducirse en ignorar los resultados de la confianza del consumidor, los índices complementarios son, en este sentido, de ayuda valiosa, mencionó la especialista.

Por ejemplo, la propensión de compra de bienes de consumo inmediato (ropa, zapatos, alimentos, etc.) registró un incremento anual de 10% en mayo, la tasa más alta entre el resto de los elementos de la encuesta.

Lo anterior sugiere que las ventas minoristas pueden mantener su solidez algunos meses más, agregó Pamela Díaz, ello pese al escenario de desaceleración en el consumo privado para el segundo semestre del presente año.

Otros indicadores complementarios de la confianza del consumidor que reportaron incrementos anuales en mayo fueron: la posibilidad económica para salir de vacaciones; para que un miembro del hogar compre, construya o remodele una casa en los próximos dos años; para ahorrar alguna parte de sus ingresos, y la planeación para la compra de un automóvil nuevo o usado en los próximos dos años.

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