Como sucede desde hace años la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) presentó hace pocos días la edición 2015 del Panorama Social de América Latina en el que se analizan, con base en las mediciones propias de la CEPAL, las tendencias de la pobreza y los cambios en la distribución del ingreso y en otras dimensiones de la desigualdad. El objetivo expreso de la CEPAL es influir en las políticas públicas para superar la pobreza y la desigualdad socioeconómica. Por ello al abordar el tema de las brechas estructurales en el mercado de trabajo y los procesos de inclusión y exclusión laboral en la región se analizan los programas de inclusión laboral y productiva.

Pero también, se destaca el papel del incremento en los ingresos y la inclusión en los mercados laborales como los medios que han permitido la reducción de la pobreza y la indigencia en la región. Por ello observan que: “el efecto de las políticas y los programas de inclusión laboral y productiva será limitado si las economías no generan suficientes oportunidades de trabajo decente. En particular, es clave que los destinatarios de los programas logren formalizarse, reciban salarios superiores al mínimo o se inserten en trabajos con acceso a la protección social”.

En el periodo de 2010 a 2014 hay una reducción importante de la pobreza y la indigencia en la región. El hecho se presentó en la mayoría de los países, aún cuando hay excepciones importantes, entre ellas México. En 2002 habían en América Latina 225 millones de personas pobres que equivalen al 43.9% de las personas. En 2014 la cifre es de 168 millones, el 28.2% de las personas. En 2010 el porcentaje de personas era ligeramente mayor, 31.1%. Las principales reducciones se realizan en los años previos, de 2003 a 2008 cuando el crecimiento medio de los países de América Latina está por encima del alcanzado en los veinticinco años previos e incluso del promedio de los países desarrolladas. En particular es notable el desempeño en esos años de gran parte de las economías de América del Sur. Entre 2013 y 2014 hay un aumento en el número pobres, aproximadamente 2 millones de personas. Es el resultado de comportamientos inversos entre un grupo de seis países. Por un lado se observa una disminución de cinco millones de personas pobres principalmente en Brasil, Colombia y Ecuador y en contrapeso hay un incremento de 7 millones concentrado en Guatemala, México y Venezuela.

Dado que la disminución de la pobreza ha estado asociada a mejoría en indicadores del mercado de trabajo, como disminución de la tasa de desocupación, aumento de los ingresos laborales, en particular del salario mínimo, y aumento moderado de la formalización del trabajo, en 2015 se tienen perores resultados. La región, en particular las economías de América del Sur se desaceleran aún más e incluso se tiene recesión económica en Brasil que se estima va extenderse al año 2016. En este contexto, en 2015 por tercer año consecutivo hay un incremento en el número de personas pobres. En el periodo de 2008 a 2014 la tasa de pobreza en México tuvo una variación anual de 2.9%. La brecha de pobreza que toma en consideración el grado de pobreza de las personas pobres también tiene una variación de 2.8%. En suma ambas registran crecimientos. Las cálculos de CEPAL son con base en tabulaciones de las encuestas de ingreso gasto de los hogares que realiza cada país de la región.

Sobre la concentración del ingreso CEPAL agrega que en algunos países pueden usarse los datos tributarios junto a las encuestas de los hogares para producir estimaciones corregidas. Las estimaciones que presenta en el informe indican mayores niveles de concentración del ingreso, incluso en países con los menores niveles como Uruguay. Sin embargo, sin considerar correcciones en el Coeficiente de Gini y con base en información de las encuestas de hogares que realiza INEGI hay un aumento en el coeficiente de Gini de 0.481 en 2010 a 0.491 en 2014. El índice de Theil también registra un incremento, de 0.458 en 2010 a 0.534. El desempeño de la economía durante 2015 y 2016, con un menor crecimiento y la aplicación de medidas de ajuste fiscal no permiten considerar mejora en materia de distribución del ingreso. Para México el desarrollo y el aumento sostenido del trabajo formal continua siendo una asignatura pendiente.

Departamento de Economía. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa

E-mail: vidal.gregorio@gmail.com

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