El presidente ejecutivo del banco de desarrollo CAF, Enrique García Rodríguez, dijo que la situación económica de América Latina no es “motivo para un drama” y confía en que las dos economías en recesión, Brasil y Venezuela, “van a salir adelante”.

Copresidente de la sexta edición del Foro Estratégico Mundial, García dio un mensaje de optimismo durante la jornada inaugural de esta iniciativa auspiciada por el Foro Económico Internacional de las Américas, a la que asisten en Miami más de 200 líderes mundiales, reconocidos expertos y empresarios.

“Es un foro importante” por la posibilidad de tener una visión objetiva de la situación política y económica actual, así como de las oportunidades existentes, algo que para América Latina es relevante, pues necesita invertir “más y mejor” en áreas críticas como la educación e infraestructura.

En la conferencia se analizó cómo poner los cimientos para llegar a una nueva era de prosperidad cuando se cumplen ocho años de la gran recesión y persisten incertidumbres políticas y económicas a nivel global.

A juicio de García Rodríguez, en América Latina si la comparación se hace con lo que pasaba hace tres años, es evidente “un deterioro en el crecimiento económico”, pero si se hace con otras regiones del mundo la zona no sale mal parada.

Europa tiene problemas “extremadamente delicados”, que no son todos de naturaleza económica, como el terrorismo o los refugiados.

“En América Latina las condiciones macroeconómicas son buenas, aunque es necesaria una transformación productiva”, agregó.

En el caso de Brasil y Venezuela, los cuales registraron una recesión en 2015, a la caída de los precios de las materias primas se suma una falta de “consenso político” que frena la salida de la crisis.

“No hay que subestimar a Brasil. es capaz de reaccionar, lo ha hecho en el pasado”, subrayó.

A su juicio, América Latina no debe caer en el “desespero” por la reducción del crecimiento económico, pero sí es momento de elevar una “voz de alarma” sobre la necesidad de reducir “la alta dependencia de las commodities (materias primas)” que caracteriza a los países de la región y de adoptar “cambios estructurales”.

“Los gobiernos deben tener políticas claves y más inversión en áreas críticas y en transformación productiva, que en esencia es moverse de los modelos tradicionales de ventajas comparativas y materias primas puras a otros en las que tengan mayor valor agregado, con el fin de insertarse de manera más efectiva en la economía global”, subrayó.

CAF es la principal fuente multilateral de financiación de infraestructuras en la región, además de ser la tercera a nivel general, por detrás del Grupo Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

En los últimos cinco años, dijo García, se han hecho tres ampliaciones de capital pagado en CAF.

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