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BBVA Bancomer ajustó su pronóstico de crecimiento de 2.5% a 2.2% para 2016, debido a una moderación en el crecimiento del país en el primer trimestre del año, ante la debilidad de la producción industrial en Estados Unidos y los recortes al gasto anunciados por la Secretaría de Hacienda.
Javier Amador, economista principal de BBVA Research, explicó que si bien se espera que los ajustes tengan impacto en el crecimiento, podrían ser contrarrestados por un mayor ingreso de remesas y el desarrollo del sector manufacturero.
Para BBVA Bancomer, el desempeño de la economía mexicana será muy similar a lo observado en 2015; no obstante, se espera un menor dinamismo en el consumo interno para este año.
La firma prevé un mejor resultado para la economía mexicana a partir del segundo y tercer trimestre del año, en línea con el comportamiento de Estados Unidos.
Para 2017, el banco estima un crecimiento para México de 2.6%, en un entorno internacional que se mantendrá con complicaciones.
Amador destacó que los ajustes que se esperan en Pemex son positivos ante la complicada situación que vive la empresa productiva del Estado.
Sin embargo, dijo que sería deseable que además de estos movimientos se reduzcan otras vulnerabilidades como el pasivo laboral de la petrolera.
En términos de inflación, la firma estima que cerrará el año en un rango de 3%, sin mayores impactos por la apreciación del tipo del cambio.
En sus pronósticos sobre el tipo de cambio, BBVA Bancomer espera una paridad cambiaria de 17 pesos, ante una recuperación de los precios del petróleo internacionales.
“Consideramos un acierto las medidas anunciadas por la Comisión de Cambios y el Banco de México para aumentar los costos y riesgos de especular contra el peso. No obstante, no se espera que por sí solas generen una apreciación. Para ello se requieren mejoras en fundamentales y en la situación financiera de Pemex”, indicó.
El banco pronosticó que la mezcla mexicana de petróleo cotice en 30 dólares por barril en este año y 40 dólares en 2017.
Agregó que el ritmo de crecimiento global se modera ante un contexto con mayores riesgos para las economías emergentes, donde la mayor preocupación es un ajuste brusco en el desempeño de la economía china.