Las acciones y bonos de bancos estadounidenses sufrieron una paliza ayer, cuando los temores a una recesión se combinaron con su exposición al sector energético y expectativas de que es improbable que las tasas de interés suban pronto.

El sector financiero del índice S&P 500, que ya era el de peor desempeño en el año, cayó 2.6% y ahora está más de 20% por debajo de su máximo alcanzado en julio de 2015.

Las acciones de Morgan Stanley bajaron 6.9% y sufrieron su mayor caída desde noviembre de 2012, mientras que las de Goldman Sachs perdieron 4.6%. Ambos cerraron en su nivel más bajo desde la primavera de 2013.

En tanto, los bonos emitidos por bancos estadounidenses extendieron su declive. La prima de rendimiento exigida por inversores para conservar esos títulos más que los seguros bonos del Tesoro, alcanzó su máximo en tres años y medio, de acuerdo con datos del Índice de Renta Fija de Bank of America Merrill Lynch.

“Las actitudes de los inversores parecen estar empeorando en relación a la probabilidad de una recesión global. Lo que los papeles financieros reflejan es que los márgenes de interés neto van a estar más comprimidos bajo el derrumbe de los rendimientos de bonos (soberanos)”, dijo Mark Luschini, estratega de inversiones de Janney Montgomery Scott.

Los rendimientos de los bonos soberanos considerados seguros, como los de EU, Alemania y Japón, se han venido abajo debido a que los inversores cada vez dudan más que los bancos centrales de esos países serán capaces de subir pronto las tasas de interés.

En el horizonte aparecen pocos catalizadores que puedan mejorar el panorama para las acciones de bancos.

“Hay un montón de factores”, pero la liquidez es uno de ellos, dijo Chris Wheeler, analista de bancos de Atlantic Equities en Londres. “Las de bancos son acciones grandes, líquidas. Si alguien quiere sacar su dinero del mercado, es fácil hacerlo”.

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