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Ante el comportamiento de los mercados mundiales en 2016 se espera mayor efecto en la inflación por el tipo de cambio, aseguró Banamex.

“El tipo de cambio seguirá siendo muy vulnerable a los eventos internacionales en 2016, y por lo tanto, el efecto de traspaso a la inflación probablemente será más evidente aunque manejable”, destacó el banco.

En el documento Las 10 preguntas sobre México en 2016, el banco resaltó que con la caída de los precios del petróleo, las finanzas públicas se perfilan como uno de los principales retos para la economía mexicana.

Para Banamex, los precios de productos agrícolas más altos, un menor efecto por la disminución de tarifas de servicios de telecomunicaciones y efectos más visibles del traspaso de la depreciación del peso frente al dólar llevarán a una inflación más alta.

“No obstante, la aceleración de la inflación estará limitada por tarifas más bajas de energía asociadas a la nueva política de precios públicos para la gasolina y los aún bajos precios de proteína animal”, añadió.

Para Banamex, en 2016 se espera un rebalanceo gradual entre las principales fuentes de crecimiento de la economía con una posible recuperación del sector industrial, al mismo tiempo que los servicios moderen su ritmo de expansión comparados con 2015.

El banco añadió que durante 2016 se va a ver la primera participación de productores privados de petróleo en el país en más de 70 años. Sin embargo, no se espera una contribución significativa a la producción total por un par de años.

Destacó que para el año en curso, Pemex estima estabilidad en la producción petrolera y se ubicaría en 2.25 millones de barriles diarios.

Consolidación fiscal, objetivo. Banamex consideró que luego de una política fiscal moderadamente expansionista en la primera mitad de la presente administración, la consolidación fiscal va a ser el objetivo en la segunda parte de este gobierno.

“El objetivo es reducir el déficit (en su medida más amplia) desde 4.1% del PIB en 2015 a 2.5% del PIB en 2018. Esto significa volver a un superávit primario por primera vez desde 2009”, detalló la institución en el reporte.

Estimó que la reducción anual en el déficit (0.5% del PIB) es gradual y, como tal, no se espera un impacto sustancial en la economía.

Sobre el gasto de inversión de parte del sector público, proyectó una disminución de un máximo de 4.6% del PIB en 2013 a una tasa estable de 3.5% del PIB en 2018, lo que implica una contracción de 1.1% del PIB, reflejada casi en su totalidad en la inversión de Pemex.

Para compensar esa reducción en la inversión pública, el gobierno creó mecanismos para facilitar la participación del sector privado en infraestructura, para generar un importante efecto de reemplazo.

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