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El Banco de México (Banxico) no está considerando, ni debe hacerlo, la posibilidad de una guerra de divisas en la conducción de su política monetaria, opinaron analistas privados.
El titular de la Secretaría de Hacienda, Luis Videgaray, reconoció la posibilidad de una guerra de divisas el pasado 7 de enero.
“Hay una preocupación real de que, ante la desaceleración de la economía china, la respuesta de política pública sea iniciar una ronda de devaluación competitiva”, declaró ese día.
Con las guerras devaluatorias sólo se logra una competitividad efímera, se mete mucha volatilidad a los mercados financieros, aumentan las primas de riesgo y al final del día nadie termina ganando. Es un proceso que genera costos netos a todos los países y no beneficios, expuso en su momento el gobernador de Banxico, Agustín Carstens.
En opinión de Juan Carlos Alderete, estratega de tipo de cambio de Banorte, la posibilidad de una guerra de divisas es muy baja.
“De existir la guerra de divisas, Banxico no la está tomando en consideración y no está actuando en consecuencia, lo cual es una decisión muy acertada e importante”, opinó Alderete, quien no obstante reconoció que las recientes devaluaciones han afectado negativamente al peso.
Dijo que, para la conducción de su política monetaria, Banxico sólo considera los riesgos que representa la depreciación del peso para la inflación y la estabilidad financiera del país.
Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis de Vector, coincidió en que Banxico no está considerando la guerra de divisas en sus decisiones de política monetaria, lo cual es correcto.
Dijo que Banxico no hubiera subido su tasa referencial de 3% a 3.25%, el pasado 17 de diciembre, si estuviera considerando la guerra de divisas.
Expuso que depreciaciones cambiarias abruptas pueden impactar más a la inflación, así como propiciar desestabilidad financiera. “En una guerra de divisas nadie gana”.
La institución que gobierna Agustín Carstens subió su tasa referencial en diciembre porque el banco central de EU hizo lo mismo, dijo Muñiz.
Consideró que el único escenario en el que Banxico puede incrementar la tasa de interés, sin esperarse a la Fed, es si el tipo de cambio se desboca y ello impacta las expectativas de inflación y la estabilidad financiera.
El dólar al menudeo impuso un cierre máximo histórico de 19.01 pesos el 21 de enero y culminó ayer en 18.73 pesos a la venta en Banamex. En el año se ha disparado 1.20 unidades.
En negociaciones en el exterior, donde se realizan más de 70% de operaciones con el peso, el tipo de cambio al mayoreo se ha depreciado 7.5% desde que arrancó el año, lo que convierte a la divisa mexicana en la más perdedora del mundo en el periodo.
La moneda china se ha devaluado 1.3% en negociaciones en el exterior, propiciado por su banco central, el cual ha inyectado 1.6 billones de yuanes desde que arrancó el año a través de operaciones de reporto.
El término “guerra de divisas” fue acuñado por el ex ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega, quien declaró el 27 de septiembre de 2010 que la economía se encontraba en una guerra mundial de divisas.
En aquel entonces, paradójicamente, las declaraciones de Mantega se debían a que el real brasileño registrada una significativa apreciación frente al dólar.