Siendo nuestro país una economía abierta a las transacciones económicas y financieras internacionales, el sector externo se ha consolidado como uno de los pilares del crecimiento y desarrollo económico nacional. En este contexto, la entrada de divisas al país por las diferentes actividades generadoras, nos permite acceder a recursos de inversión que potencian las actividades internas y fortalecen las reservas internacionales.
Las principales fuentes de recursos externos provienen de las transacciones comerciales y de las inversiones. En particular, en nuestra economía, y desde hace décadas, la venta de recursos petroleros ha significado la más importante fuente de divisas.

Sin embargo, en los últimos años el peso de esta fuente ha venido disminuyendo. Así, mientras que en 2010 y 2011 las exportaciones de mercancías petroleras representaron 12% y 14.1% de los ingresos de la cuenta corriente, para 2014 la participación se redujo a 9.4% y en lo que va de 2015 tan sólo representan 5.5%.
Esta reducción en los ingresos petroleros durante el presente año, responde a la caída de los precios del petróleo del más de 50 % desde el año pasado, pero también a la reducción en la plataforma petrolera, que de acuerdo a la información de Pemex, ha registrado caídas continuas en los últimos 11 años, ello producto del agotamientos de los yacimientos actuales.

En este contexto, mientras no se empiece a explotar yacimientos en aguas profundas y no convencionales, para extraer más hidrocarburo, la producción seguirá declinando y así la entrada de divisas al país.

La segunda fuente de divisas, es la que proviene de la venta de manufacturas. Nuestro país ha consolidado una plataforma exportadora de manufacturas muy importante, sobre todo a raíz del TLCAN, la cual ha mostrado un destacado ritmo de crecimiento. Sin embargo, la propia apertura comercial con políticas de fomento no tan adecuadas, y sobre todo la ausencia de una política industrial, ha llevado a la ruptura y desaparición de cadenas de suministro, disminuyendo el contenido nacional, lo que ha provocado que las manufacturas tengan un alto contenido importado.

En este contexto, la verdadera aportación de divisas a la economía nacional provenientes de la exportación manufacturera, es menor ya que se le debe restar el contenido importado, lo que representa una fuga de divisas.

Así, las exportaciones netas de manufacturas (restándole la importación de bienes intermedios) representaron apenas el 7.8 % de los ingresos de la cuenta corriente.

La tercera fuente de divisas es la derrama económica que deja el turismo internacional. Nuestro país se ubicó en 2014 como la décima economía receptora de visitantes internacionales con 29.3 millones de viajeros. Sin embargo, en términos de la derrama económica se ubica en el lugar 22. Según las estadísticas de la Balanza de Pagos, el turismo representa sólo el 3.2 % de los ingresos de la cuenta corriente. Esta discordancia entre el número de visitantes y las divisas que representan, se debe al nivel de gasto que realizan, es cual Ces relativamente bajo. Tenemos pues muchos turistas que gastan poco, por lo que se requieren acciones más efectivas para atraer al país a visitantes con mayor poder adquisitivo, pero también el contar con una infraestructura de servicios más competitiva que invite a los turistas a hospedarse y gastar en los establecimientos formales.

Otra importante fuente de divisas son las remesas familiares. Si bien este último no es un sector productivo nacional, si registra una importante flujo de ingresos. Las remesas han representado entre el 5 y el 6 % de los ingresos de la cuenta corriente. Cabe destacar que durante 2015, los 18,624 millones de dólares que ingresaron por este concepto, representaron el 5.7 % de los ingresos externos, lo que las ubica como la tercera fuente de divisas, detrás de las exportaciones netas de manufacturas y la IED, e igualando a los ingresos por venta de recursos petroleros.
El problema con las remesas, se encuentra en que en la mayor proporción se destinan a consumo, muchas veces de subsistencia, de las familias receptoras, por lo que no son directamente invertidos para la producción y el empleo, por lo que no se les puede considerar como una autentica fuente de ingresos productivos.

En este contexto, es necesario que se fortalezcan las políticas que induzcan a incrementar las fuentes de divisas, producto de la actividad económica nacional, en particular la industria manufacturera, el turismo y los recursos petroleros mientras nos duren. En este último aspecto, es importante que la reforma energética empiece a dar frutos incrementando la plataforma de producción; no vaya a ser que pasemos de exportar recursos naturales y nos dediquemos a exportar naturales, que nos envíen las divisas que necesita el país.

 *Presidente de Consultores Internacionales S.C.

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