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noe.cruz@eluniversal.com.mx
México está a punto de convertirse en la vía de paso del gas natural que se produce en Estados Unidos y que se pretende enviar al resto del continente americano.
La extensa red de gasoductos que desarrolla la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) no sólo tiene el propósito de gasificar al país con combustible importado, sino hacer de la frontera norte “puerta de salida” del hidrocarburo que se produce en esa nación para ser transportado a Centro y Sudamérica, un mercado potencial de 496 millones de consumidores.
David Madero Suárez, director general del Centro Nacional de Control de Gas (Cenegas), reconoció que en la medida en que México tenga más capacidad para transportar el hidrocarburo, “sí podríamos ser puerta de salida del gas estadounidense que va por ducto”.
Estados Unidos, detalló el funcionario, está creando mucha infraestructura para procesar gas natural licuado (GNL), sobre todo en la costa este de Texas y Louisiana, y va a empezar a exportar, pero va a ser necesario analizar qué es más rentable, si llevarlo por barco o vía ductos.
Esa es parte de la integración energética y vamos por ese camino, dijo. “Uno de los proyectos que traemos es salir con gas de Salina Cruz por toda la costa de Chiapas y llegar hacia la frontera para distribuirlo a Guatemala, El Salvador y Honduras.
John England, líder de Petróleo y Gas en Estados Unidos de la firma Deloitte, explicó que sí es posible esperar que con el sistema de ductos de México pueda desplazarse gas estadounidense hacia Centro y Sudamérica.
Consideró que el mercado de Centroamérica no es muy importante. “Los ojos de los productores estadounidenses están puestos en la demanda de Brasil, Colombia y Argentina, en donde se concentra una población cautiva de alrededor de 291 millones de habitantes”, añadió.
Con el enfoque de alcanzar la integración energética del continente americano, los gobiernos de México y Estados Unidos avanzan en la estrategia conjunta de abrir comercio para productores de gas natural de lutitas, el cual corre de norte a sur utilizando la nueva infraestructura de gasoductos que se construye en México: un “sistema circulatorio del país, un circuito de venas y arterías que a su paso irán dotando de energía vital a la nación”, como lo calificó el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.
En un primer momento, tal y como la plantea el Plan Quinquenal de Expansión del Sistema de Transporte y Almacenamiento Nacional Integrado de Gas Natural 2015-2019, el gas de importación va a correr por una extensa red de casi 20 mil 936 kilómetros que se prevé México tenga operando hacia el primer año de la próxima administración, y que va a llegar a los países que integran el Triángulo Norte: Guatemala, El Salvador y Honduras.
En fases posteriores se planea llegar a mercados como el de Brasil, Colombia y Argentina, con un alto potencial de consumidores.