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noe.cruz@eluniversal.com.mx
Los 80 millones de usuarios del gas licuado de petróleo (LP, que se entrega en cilindros y tanques estacionarios) deben ver reflejado una reducción de 30% en el precio de sus facturas a partir de enero de 2016, afirmó el presidente de la Asociación de Distribuidores de Gas, Luis Landeros.
El representante empresarial explicó que con la liberalización de las importaciones de este tipo de carburante, prevista para el primer mes del año próximo, va a llegar gas LP a México más barato, lo que va a repercutir en el precio de venta al usuario final.
Comentó que ya hay empresas preparadas con infraestructura de almacenamiento y transporte para empezar a comercializar el hidrocarburo que ingrese de Estados Unidos.
El empresario detalló que en el mercado norteamericano empieza a ver exceso de producción, como resultado del boom del petróleo y gas shale, por lo que los precios en ese país son mucho más bajos.
Dijo que en México el kilogramo de gas LP se vende en 14.14 pesos y en Estados Unidos tiene un precio promedio 30% más bajo.
“Si la reforma energética se implementa como está planteada, los precios del gas LP tienen que bajar en el corto plazo, en enero”, subrayó Luis Landeros.
En entrevista con ELUNIVERSAL, el presidente de la ADG recordó que la reforma energética tiene como objetivo beneficiar a los usuarios con precios más bajos.
“Ahora mismo, los precios internacionales, gracias a la explotación masiva de gas shale en Estados Unidos, ha provocado una sobreoferta del producto y consecuentemente una caída importante en las cotizaciones de prácticamente todos los hidrocarburos. De hecho, los precios del gas LP cada vez se relacionan más con el costo de la extracción del gas natural”.
Esto significa, añadió, que la brecha entre los precios en el mercado norteamericano y en México, que es de casi una tercera parte, tiene que reducirse en el momento cuando se liberen las importaciones en el país.
Las empresas que traigan esas importaciones, “van a ofrecer un precio menor al que se maneja en México”.
“¿Esto obligaría a Pemex, que hasta ahora es el único que puede salir al extranjero a comprar gas LP, a ajustar los precios de venta de primera mano para no perder competividad y que ustedes, los distribuidores tengan más opciones de compra?”, se le preguntó al representante de los gaseros.
“Así es, Pemex tiene que poner un precio más competitivo para seguir con la participación en el mercado, considerando que hasta ahora cubre 30% de las necesidades del país y el resto las importa”, respondió.
Landeros señaló que el único riesgo “que nosotros corremos como importadores es que las autoridades puedan fijar algún impuesto compensatorio o algunas cuotas que limiten la cantidad de producto que podemos importar, porque eso desvirtuaría el sentido de la reforma energética planteado por la Secretaría de Energía”.
Altos inventarios. Apenas el pasado 21 de septiembre, Stacy MacIntyre, analista de la Energy Information Administration (EIA, por sus siglas en inglés), organismo del Departamento de Energía de Estados Unidos, señaló en un estudio sobre el comportamiento de la producción de propano en ese país, que se utiliza en México como mezcla con el butano para elaborar el gas LP, que los inventarios estadounidenses llegaron a 97.7 millones de barriles a partir del 11 de septiembre, “el nivel más alto en los 22 años que la EIA ha recogido estadísticas de inventarios de propano semanal”.
El analista plantea que en los primeros seis meses de 2015, dichos inventarios fueron de 24.3 millones de barriles en promedio y que casi todo el aumento se produjo en la región de la Costa del Golfo.
“Como la producción de propano y otros hidrocarburos líquidos de gas ha crecido, la capacidad de transportar, almacenar y exportar estos productos se ha incrementado” asegura. En el primer semestre del año en curso, según el estudio, las exportaciones aumentaron en 33.3 millones de barriles, unos 182 mil barriles diarios, siendo mercado como el mexicano uno de los más importantes para los productores norteamericanos.
En Estados Unidos, al igual que en México, el gas propano se utiliza para la calefacción de locales y como materia prima para plantas petroquímicas, así como para el secado de los cultivos agrícolas.
Cantidades relativamente pequeñas de propano también se utilizan como combustible vehicular.
MacIntyre sostiene que la expansión del petróleo y gas de esquisto (shale) es el principal motor de crecimiento para la producción del gas propano.
Indica que las proyecciones del Departamento de Energía de Estados Unidos prevén que las exportaciones netas alcanzaron un máximo mensual de 518 mil barriles por día en abril de 2016 y hasta 702 mil barriles en el cuarto trimestre del próximo año y México ya puede estar inmerso en la dinámica exportadora de propano norteamericano.