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Lima, Perú.— El mundo está en una encrucijada y hay un estado de confusión, afirmó Guillermo Ortiz, ex gobernador del Banco de México.

En entrevista con EL UNIVERSAL, durante la reunión del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en Lima, Perú, el ex funcionario aseguró que el mundo aún continúa con secuelas de la crisis del 2008.

El hoy presidente de la Fundación Per Jacobsson, institución que lleva el nombre de un economista sueco que dirigió el FMI entre 1956 y 1963, y que tiene como fin fomentar la discusión de problemas monetarios, explicó que naciones como China y Estados Unidos han provocado incertidumbre a la economía global.

La desaceleración más pronunciada de China o las dudas de la Reserva Federal de Estados Unidos para subir las tasas de referencia, son ejemplos de casos que generó mayor turbulencia en los mercados financieros.

Ortiz confió que de las reuniones entre los líderes mundiales, tanto de bancos centrales como ministros de finanzas, resulte un espíritu de mayor cooperación internacional. El cual ha estado ausente desde 2010, cuando el G20 (grupo que concentra a las 20 economías más grandes del mundo), acordó el aumento de cuotas del FMI y todavía no se da.

Comentó que aunque se dice que el endeudamiento del sector privado en Estados Unidos y la relación entre la deuda e ingreso disponible ya está en niveles precrisis, el mundo sigue pagando las consecuencias de la mayor catástrofe financiera en los últimos 80 años.

“No hay que olvidar que en los últimos 15 años, hubo un gran endeudamiento de las familias en Estados Unidos, entonces cómo hacemos la comparación. Creo que todavía hay un exceso de deuda en el mundo y eso hace que la gente tienda a ahorrar más y a gastar menos; que la demanda agregada sea menor y un exceso de oferta y esto produce menor crecimiento y baja productividad, menor inversión. El mundo está en una encrucijada”, resumió.

Guillermo Ortiz agregó que hay quienes piensan que lo que se necesita es una mayor cooperación internacional y que hay que usar medidas de estímulo monetario y fiscal.

“El estímulo monetario ahí está, las tasas de interés están en ceros, y piensan que deben seguir así por un buen rato y usar una política fiscal sobre todo inversión en infraestructura para incrementar la demanda; hay otros que creen que la Fed debe actuar ya. Yo diría que hay un estado de confusión, tanto en el diagnóstico como en las recomendaciones de política económica”, explicó.

A la baja. Para Ortiz, lo más importante es que el mundo está pasando por un periodo complejo después de la gran crisis financiera.

Explicó que esta dificultad global se debe a la desaceleración de la economía mundial.

Desde hace cinco años, abundó, los pronósticos del FMI se han revisado a la baja. “Generalmente dan los pronósticos en abril y para la edición de julio todas las cifras se ajustan a la baja. Esto crea una serie de problemas porque con poco crecimiento las cargas de las deudas son mayores, la oferta de empleos es menor y en esta situación de menor dinamismo los más afectados son los mercados emergentes”, detalló.

Aseguró que a principios de los años 90 y durante este siglo, las economías emergentes fueron las que lideraban la economía mundial; ahora pasan por una época difícil.

China, economía pesada. De China destacó que en términos de paridad del poder adquisitivo del Producto Interno Bruto ya es la economía más grande del mundo, casi igual a la de Estados Unidos.

Ortiz coincidió con lo que dijo Larry Summer en una conferencia: “En tres o cuatro años (2011-2014), China usó más cemento que Estados Unidos en todo el siglo”.

Aseguró que la combinación de circunstancias (desaceleración china, caída de precios de materias primas) se tradujo no sólo en bajo crecimiento, sino en una baja inflación que hace que los chinos estén exportando deflación a todo el mundo.

“Eso es lo que ha hecho también dudar a la Fed sobre si debe o no subir tasas de interés, porque tiene una responsabilidad doble que es crecimiento e inflación”, explicó.

La Fed ha dicho que su decisión de política monetaria es dependiente de los datos, y la información que está llegando no es buena, la inflación está muy baja y el crecimiento también a pesar de que el empleo en Estados Unidos ha crecido de manera importante, pero sobre todo porque la productividad ha bajado, matizó.

“Ya se veía venir [lo de China], quizá la duda que existe es qué tanto va a ser la desaceleración (...) creo que va a ser gradual, que además es normal como lo hemos vimos en las economías de Corea y Japón”, estimó.

La moneda china para transacciones comerciales ya es la cuarta o quinta más usada en el mundo.

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