Más Información
Luis María Aguilar: tratamos de hacer lo posible, no siempre se puede; ministro saluda a manifestantes
Noroña reconoce al ministro Pérez Dayán; llama “fascistas”a quienes votaron por invalidar reforma judicial
Comisiones del Senado definen terna para CNDH; la componen Paulina Hernández, Rosario Piedra y Nashieli Ramírez
Familia LeBarón comparece ante Tribunal Federal de Justicia Administrativa; exige reparación del Estado mexicano
PRI, PAN y MC tienen legitimidad jurídica para impugnar la reforma judicial, determina SCJN; cumplieron con requisitos
El paquete económico para 2016, entregado por el Ejecutivo al Congreso el pasado 8 de septiembre, cumple sus objetivos recaudatorios y muestra avances en materia de reducción de gasto, estimó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo considera que la disminución del gasto pondrá a prueba la eficiencia con que el sector público ejercerá los recursos para estimular el crecimiento de la economía, y se espera que el hacer más con menos se convierta en una actitud permanente.
Alerta que el gasto en inversión sigue siendo el renglón de ajuste en el presupuesto de egresos cuando la situación económica se torna difícil, sobre todo cuando el sector público compite por una importante cantidad de recursos en el mercado, “reduciendo la disponibilidad para el financiamiento privado”.
En su reporte semanal “Análisis económico ejecutivo”, señala que tras un rápido análisis, la mayoría de opiniones apunta a que es un paquete realista y que puede contribuir para el crecimiento económico y la generación de empleos.
Por el lado de los ingresos del sector público, se aprecia una caída real de 0.2 por ciento, lo que en términos monetarios significa una disminución de sólo ocho mil 600 millones de pesos a precios de 2016, principalmente por la baja de 30 por ciento en los ingresos petroleros.
No obstante, continúa, los ingresos no petroleros, especialmente los tributarios, muestran un incremento significativo, incluso suficiente para compensar la totalidad de la caída en los ingresos petroleros.
Ello obedece al repunte de la recaudación por concepto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), en donde se prevé un incremento real de 120.2 por ciento como consecuencia del efecto generado por el diferencial en el precio de la gasolina de México en relación con la del exterior.
Asimismo, se prevé que la recaudación por concepto de Impuesto sobre la Renta (ISR) aumente 15.6 por ciento real, es decir, 168.6 mil millones de pesos por arriba de lo aprobado en la Ley de Ingresos 2015, lo que muestra en buena medida el cumplimiento del objetivo recaudatorio de la reforma fiscal.
No obstante, apunta, la recaudación por Impuesto al Valor Agregado (IVA) aumenta solo 2.0 por ciento, señal de que no se espera un avance importante en materia de consumo de la población.
El organismo indica que en materia de gasto se propone una disminución de 1.9 por ciento real, lo que en términos monetarios representa una baja de 92.7 mil millones de pesos.
En su opinión, un aspecto que resalta en el proyecto de presupuesto 2016 es la disminución de 5.8 por ciento en el gasto programable (221 mil millones de pesos a precios de 2016), lo que en principio indica que el sector público sí se ajustará el cinturón.
El organismo de investigación y análisis del sector privado menciona que el gasto en pensiones es prácticamente el único renglón que se incrementa dentro del grupo de gasto programable.
Para el organismo privado, las cifras indican que el recorte del gasto podría tener un efecto muy moderado en el crecimiento, pero subraya que la inversión es el principal motor de la actividad económica, por lo cual es fundamental estimularla, tanto por el lado del sector público como del privado.
Sin embargo, acota, la disminución de 21.1 por ciento en el gasto de capital del sector público es la principal causa de la baja en el gasto programable, situación que debería reconsiderarse si se quiere lograr un dinamismo elevado y sostenido en el desempeño de la actividad económica del país.
Por el contrario, el gasto no programable crece en 12.2 por ciento, como respuesta al aumento de 14.4 por ciento en el costo financiero de la deuda ante la expectativa de tasas de interés más altas y un mayor tipo de cambio el próximo año.
Asimismo, al alza de 8.5 por ciento en el rubro de participaciones a entidades federativas como resultado del crecimiento en la recaudación participable.
Si bien es una buena señal la propuesta de una disminución en el gasto público y el compromiso de reducir el déficit y el endeudamiento, además del esfuerzo por bajar el déficit primario a medio punto del PIB, el sacrificio de la inversión si puede implicar un menor incentivo al crecimiento, alerta.
“Ya hemos comprobado que aún con elevados montos de gasto, la economía y las familias del país no han tenido un beneficio importante; la importancia de la inversión radica en la mayor generación de empleos que podría impulsar”, argumenta.
El CEESP considera que un tema que se debe tratar con cautela, es el referente a la deuda del sector público.
Refiere que en el documento de Criterios Generales de Política Económica para 2016, se “plantea una política de deuda flexible que se orientará a cubrir las necesidades de financiamiento”.
Según las estimaciones oficiales, esta flexibilidad llevará al saldo de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) -que refleja todos los compromisos reconocidos por el sector- a niveles máximos de 47.8 por ciento como proporción del PIB en 2017, para iniciar una tendencia a la baja a partir de 2018.
Siguiendo esta tendencia se tiene que del cierre del 2012 al 2018, el SHRFSP habrá tenido aumento de 9.7 puntos del PIB, abunda el organismo.
tpc