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La percepción gubernamental de que la economía ahora crece más que hace un año, es una visión relativa que depende del indicador que se utilice, pues si se usan cifras ajustadas por estacionalidad, el PIB del segundo trimestre de 2015 fue menor al observado en igual lapso de 2014, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

“Las cifras desestacionalizadas dan una idea más clara del comportamiento real del indicador al eliminar todos los factores estacionales que inciden sobre éste”, el PIB tuvo un crecimiento anual de 2.2%, una cifra que refleja la tendencia a la baja que mantiene la actividad productiva de los últimos dos trimestres del país.

Detalló que si se compara cifras originales el gobierno tiene razón al decir que se crece más rápido que en 2014; pero lo correcto es usar los datos ajustados por estacionalidad, ya que revelan más claro el comportamiento económico.

Expuso en su Análisis Económico Ejecutivo, que la afirmación de que el avance es “más de lo esperado por los analistas en sus estimaciones recientes”, no está tan clara porque depende de qué encuestas se refiere, pues las más recientes anticipaban un avance de 2.3% para el segundo trimestre.

La posibilidad de revertir la actividad económica será complicada si no se perciben resultados claros provenientes de políticas públicas eficientes con efectos de largo plazo. De no haber estas condiciones las expectativas no mejorarán.

“Si bien es cierto que estamos ante un entorno externo volátil y complejo, lo preocupante sigue siendo que el mercado interno no se consolida como el principal motor del crecimiento”, aseveró el CEESP.

Aunque hay una menor tasa de desempleo, se registran tasas de interés hipotecarias bajas y aparentemente el consumo sube en algunos sectores como en tiendas de autoservicio, departamentales y en venta de automóviles, la dinámica del crédito al consumo muestra una tendencia a la baja.

“Asegurar que el consumo crece por una mejor situación de los hogares, contrasta con los altos niveles de pobreza y precarización de mercado laboral, así como con la enorme necesidad de puestos de trabajo. Tan sólo en el primer semestre del año se perdieron 615 mil empleos que tenían ingresos superiores a dos salarios mínimos”. Respecto a la inversión, no se percibe incidencia relevante en el crecimiento y empleo.

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