El Banco Mundial recortó la previsión de crecimiento para la economía mexicana de 3.3% a 2.6% para 2015, como consecuencia de la desaceleración del PIB en Estados Unidos y los menores precios del petróleo, los cuales pueden reducir los beneficios esperados de la reforma energética en el corto plazo.

Al presentar su informe Perspectivas económicas mundiales, el organismo internacional informó que también se redujeron las estimaciones de crecimiento para 2016, que pasaron de 3.8% a 3.2%, y para 2017, que se redujeron de 3.8% a 3.5%.

El reporte   señaló que la confianza sigue siendo precaria; sin embargo, se espera que la economía mexicana se fortalezca durante el resto de 2015 por el aumento de las exportaciones a Estados Unidos, aunque en menor dimensión de lo esperado originalmente.

El Banco Mundial advirtió que una excesiva apreciación de la moneda de Estados Unidos podría limitar la recuperación de la principal economía del mundo, situación que tendría efectos colaterales adversos  sobre todo para sus principales socios comerciales, entre ellos México.

En este contexto, el análisis del organismo internacional destacó que los países en desarrollo, como México, enfrentan una serie de desafíos de gran envergadura este año, incluida la inminente perspectiva de tener que endeudarse a un costo mayor al tiempo que se adaptan a una nueva era de bajos precios del petróleo y otros productos básicos claves.

Con esa perspectiva, el informe del Banco Mundial reconoció que será el cuarto año consecutivo de magro crecimiento económico.

La estimación para la economía  mundial se revisó de 3% a 2.8% este año. Mientras para las economías en desarrollo pasó de 4.8% a 4.4%.

“Las naciones en desarrollo fueron un motor del crecimiento luego de la crisis financiera, pero ahora enfrentan un entorno económico más difícil”, señaló Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial.

América del Sur,  en problemas.  En América Latina y el Caribe, el crecimiento se reducirá a 0.4% en 2015 contra el 1.7% previsto anteriormente, todo a causa de los problemas económicos internos con los que está lidiando América del Sur, incluidas sequías generalizadas, poca confianza de los inversionistas y bajos precios de los productos básicos.

Con el esperado despegue de las tasas de interés de Estados Unidos, los costos del endeudamiento aumentarán para las economías emergentes y en desarrollo en los próximos meses.

Se prevé que este proceso será relativamente fluido, ya que la recuperación de la economía estadounidense continúa y las tasas de interés se mantienen bajas en otras naciones importantes.

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