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Playa del Carmen, QR. Problemas de inseguridad y violencia, así como la falta de un Estado de derecho más consolidado y un mejor sistema judicial, limitarán los beneficios de las reformas estructurales aprobadas en México, reconoció la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En entrevista con EL UNIVERSAL, la directora del Gabinete del organismo, Gabriela Ramos, afirmó que aunado a estas debilidades del país, a escala estatal parece no haber suficiente capacidad para enfrentar los retos que implica el problema de inseguridad.
“Es muy importante que las administraciones estatales tengan las capacidades para lidiar con los retos que estamos enfrentado, pero no las tienen; hay una falta de capacidad, muchas veces de coordinación y falta de instrumentos para combatir la inseguridad”, dijo la funcionaria.
Agregó que se requiere una inversión muy importante en las instituciones en México para que las reformas rindan todos los frutos, “porque si no tienes la seguridad ni consolidado el Estado de derecho y no revisamos el sistema judicial e incrementamos su efectividad, entonces vamos a limitar los beneficios de las reformas”, advirtió.
Si bien dijo que la aprobación de las reformas estructurales es un logro histórico para México, ahora el verdadero desafío del país recae en el fortalecimiento institucional.
Sobre la evolución de la economía mexicana, la asesora del secretario ejecutivo de la OCDE, José Ángel Gurría, expresó que aunque presenta una dinámica positiva, con relación a otros mercados emergentes y algunos países avanzados, el crecimiento de la actividad será menor a lo que originalmente se esperaba.
Hasta este momento, el organismo internacional prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) del país se expanda a una tasa de 3.9% para este año; sin embargo, Gabriela Ramos adelantó que harán una revisión más acorde con lo que prevé hoy el Banco de México, que según su último informe tiene un rango de entre 2.5 y 3.5%, aunque a la expectativa de una posible revisión a la baja el próximo 20 de mayo.
La representante de la OCDE reconoció que aunque la reforma hacendaria dio buenos frutos para la recaudación del gobierno federal, aún no es suficiente, ya que hay margen para mejorar el actual esquema.
“Hubo buenas decisiones con relación a la reforma adoptada hace dos años, pero no es suficiente y obviamente habrá que repensarse, pero no sé si se tenga el contexto adecuado para hacerlo, porque las reformas fiscales siempre tienen un impacto recesivo”.
Además, destacó que el país se encuentra bien posicionado para enfrentar los retos que se presentarán en materia financiera y la volatilidad que registrarán los mercados como parte de la inminente alza en las tasas de interés en Estados Unidos.
¿Cómo evalúa el dinamismo de la economía mexicana en estos primeros meses del año y con todos los desafíos que ha presentado el entorno global?
—Es importante poner a México en perspectiva con respecto a América Latina. Hubo países de la región que registraron tasas de crecimiento altas la década pasada, esto por los altos precios de las materias primas. Ahora, a México le empieza a ir mucho mejor, pero es porque tomó las decisiones necesarias, pues toda la agenda de reformas estructurales comienzan a generar expectativas positivas en términos de incrementos de inversión. A diferencia del resto de las economías latinoamericanas que en promedio crecerán 1% este año, México se ubica mejor, ya que se espera un dinamismo por encima de 2%.
Esto no quiere decir que no haya riesgos vinculados con el entorno externo, sobre todo por la normalización de la política monetaria de Estados Unidos y por el entorno de fuera que todavía no se encuentra en su mejor momento; pero aun así, México se posiciona bien en términos de desempeño. No es como quisiéramos, ni al nivel que se necesita para converger en términos del PIB per cápita que tienen los demás países de la OCDE, pero si comienza a tener una mejoría en el horizonte y, a medida que se cimienten las reformas y se garanticen los beneficios, le irá mejor.
¿Mantienen su proyección de crecimiento económico de 3.9% para este 2015? Parece ser muy optimista contra otras previsiones.
—Sí, estamos altos. Probablemente habrá una revisión que lo ponga de acuerdo con las expectativas que se han anunciado tanto por la Secretaría de Hacienda como por el Banco de México, aunque aún no tenemos una cifra puntual. Lo que es positivo es que hay una dinámica que se está generando y que distingue a México frente a otros países de la región.
¿Consideran que ha sido importante el impacto de la caída de los precios del petróleo para México?
—Por supuesto, pero se han tomado medidas muy inteligentes, como la compra de las coberturas, ya que por ellas se pudieron sortear de mejor forma los efectos de esta caída; además, el hecho de tener reservas altas protege y apoya la solidez del país. No obstante, todo esto no nos puede cegar en reconocer que es importante reducir la dependencia de los ingresos públicos del petróleo, así que no hay que ver este asunto de los bajos precios de los combustibles como una mala noticia, sino como una oportunidad de cambiar el modelo y generar los recursos para financiar el desarrollo.
¿Entonces, aunque fue una medida dolorosa el recorte al gasto, fue la mejor opción que el gobierno tenía que aplicar?
—México es un país que se percibe como responsable y con una credibilidad muy sólida, ese tipo de medidas añaden a esa credibilidad el problema más allá de estas decisiones que son necesarias, lo que queda claro es que este tipo de volatilidades de los precios de las materias primas y las restricciones que se tienen por esto no son muy positivos, y esto nos debe llevar a la conclusión de disminuir la dependencia de estos recursos.
En este entorno, ¿ considera que es necesario repensar el esquema tributario de México?
—Siempre hemos hablado de la estructura fiscal y creo que siempre hay un margen importante para mejorarlo. Hubo buenas decisiones con relación a la reforma fiscal adoptada hace dos años, pero no es suficiente y obviamente habrá que repensarse, pero no sé si exista el contexto adecuado para hacerlo, porque las reformas fiscales siempre han tenido un impacto recesivo, pero al final del día, el hecho de que tengas un nivel de recaudación como el que tiene México, con el tamaño de su economía, de su dinamismo, de su perfil demográfico es claro que nos lleva a decir que el trabajo en materia fiscal no está terminado.
Es muy importante incrementar la recaudación para que el gobierno tenga los elementos de financiamiento sólidos no volátiles y que siga con inversiones en el desarrollo y sobre todo porque en la medida en que las reformas comiencen a anclarse se va a necesitar construir el entorno de la inversión para que esa misma tenga retornos. México aún necesita invertir en infraestructura, salud, educación y programas de protección social, por lo que es importante contar con recursos fiscales sólidos y de un nivel adecuado.
¿Cree usted que el conjunto de las reformas también ayude a avanzar contra esta serie de problemas que persiste a lo largo de años, como la pobreza, la desigualdad y el bajo PIB per cápita?
—Por supuesto, ése es uno de los temas que más hemos comentado en términos de cómo las reformas en materia energética o de telecomunicaciones al final generarán una mejoría respecto a las capacidades productivas, al acceso a la tecnología, sobre los insumos que se requieren por parte de las empresas para hacerlas competitivas a escala internacional y de darle a los mexicanos la oportunidad de conectarse a estas industrias de una manera más inclusiva, para acceder a rubros donde puedan ser más productivos.
La reforma educativa es un cambio de gran calado que desde luego toma un tiempo en dar resultados, pero al final contribuirán justamente para disminuir la brecha de desigualdad, sobre todo si consideramos que en México hay una concentración de la riqueza muy alta.
¿Ven a México listo para el momento en el que la Reserva Federal de Estados Unidos decida aumentar las tasas de interés?
—Comparativamente, otros países han sufrido una salida de capitales más importantes que México, que de hecho la ha sorteado de una manera mucho más efectiva. Sí habrá un impacto, porque obviamente en el momento en que se tenga esa normalización habrá un grupo importante de inversionistas que mirarán hacia Estados Unidos, y lo que se antoja factible es que un incremento ce las tasas de ese país generará mucha volatilidad, pero México lo que tiene de ventaja es un superávit en su banco central, que tiene altas reservas internacionales y un esquema macroeconómico que da mucho más seguridad. Obviamente hay riesgos, pero parece que lo sorteará bien.
¿Pero, lo que parece ser un lastre y donde no se ven mejoras desde hace muchos meses o años es en el tema de inseguridad. Es un foco rojo que puede pegar más de lo que de pronto parece?
—Evidentemente. En la OCDE hemos trabajado con México para avanzar estas reformas estructurales en los sectores productivos e industrias de redes, pero estamos convencidos de que tanto las reformas, el desarrollo y el progreso del país están muy vinculados a una estructura institucional mucho más segura, más sólida y mucho más cuidadosa de la integridad de los individuos. Entonces, el tema de la seguridad es muy importante porque está vinculado con la efectividad de las instituciones públicas, pero no sólo a escala federal, que es donde tenemos las estructuras de gobierno más avanzadas, sino a nivel estatal.
Generalmente cuando vemos estudios e informes de la OCDE, México aparece casi siempre en los últimos lugares en diversos temas. ¿Son optimistas de que el país abandone en algún momento esta posición como resultado de estas reformas, o son tan complicados los retos que el optimismo deberá guardarse para un mejor momento?
—El ingreso per cápita de los países de la OCDE, sin considerar a México, Chile y Turquía, es de 50 mil dólares al año, el de México es de 20 mi dólares, eso hay que ponerlo en perspectiva. Es evidente de que hablamos de estructuras completamente diferentes. Pero más allá de si México aparece en los últimos lugares de los índices que realizamos, lo importante es que han sabido aprovechar esta información para trabajar e incorporar las mejores prácticas con la finalidad de hacer las cosas bien.
La riqueza de la OCDE no es el ranking, sino que México se encuentra en un grupo de países que tratan de hacer las cosas bien y el país lo está haciendo de esa manera.